Miles de niñas, niños y familias de América Latina se encuentran en tránsito constante, obligados por las condiciones que afrontan en sus países de origen, como pobreza, colapso de los servicios esenciales e incluso a consecuencia de los fenómenos meteorológicos y amenazas por violencia.
De acuerdo a los datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)el flujo migratorio dentro de américa latina está conformado al 25% por niños menores de 11 años, cifra alarmante, pues es la más alta a nivel mundial.
Aunado a ello, el recorrido resulta traumatizante para los pequeños, pues no solo no tienen acceso a la educación, sino tampoco a servicios de salud y en muchas ocasiones ni a alimentación.
Meredith Enríquez Velázquez, es una madre migrante venezolana de 23 años, que ha caminado durante dos meses con sus dos hijos, una niña de 1 año y un niño de 4 años, sin embargo, todo este tiempo ha llevado en brazos a su pequeña la cual aún no ha dado sus primeros pasos.
Durante el 2022, 92 niños migrantes murieron en su paso por América Latina, por lo que la UNICEF pidió a los países miembro de las Naciones Unidas expandir vías legales de migración para niños y familias, fortalecer servicios fronterizos dedicados a los niños y combatir la xenofobia.