Así, con música alegre, sones istmeños, comida típica, bebidas y tradición se viven las velas que son las principales fiestas comunitarias de varios municipios del Istmo de Tehuantepec, son celebraciones que se realizan anualmente, en su mayoría, en el mes de mayo y tienen un gran poder de convocatoria,
Las Velas tuvieron sus inicios en la herencia colonial de la tradición católica, con el fin de honrar a santos para que sirvieran a la evangelización.
Están organizadas por socios y mayordomos, quienes son los encargados de cubrir los gastos y llevar a cabo las gestiones necesarias, actualmente las Velas son reconocidas por varias razones: generan mayor cohesión social; contribuyen de manera importante al movimiento económico local, reafirman la cultura. Propician que se reproduzca el valor de la organización comunitaria.
Las velas comprenden misas, regada de frutas, calendas, desfile de carretas y carros alegóricos participan las señoritas elegidas como reinas, capitanas, con el gran distintivo hermosos trajes regionales.
Aunque es variable la forma de celebrar una vela, en algunos municipios del Istmo oaxaqueño inicia con la Labrada de cera; allí se elaboran las velas que se utilizarán para la procesión y misa que se lleva a cabo después de la fiesta; se trata del símbolo de la mayordomía.
La enramada se instala en el lugar de la fiesta principal antiguamente se elaboraba una estructura con carrizos y hojas de palma y plátano, se decora con papel picado y espejos antiguos de marcos dorados; que en el pasado éstas servían para reflejar las fogatas y velas que encendían
Las mujeres tienen gran peso en estas celebraciones es normal verlas con charolas llenas de botanas para compartirlas durante la celebración y los hombres portan sobre sus hombros cajas de cerveza que se repartirán toda la noche.
El cambio de mayordomía es clave para la continuidad del siguiente año los mayordomos que organizaron la fiesta entregan a los siguientes unas velas hechas el día de la Labrada. Al finalizar la fiesta, se baila el "Lucero de la Mañana", un son muy significativo con el que cierra la velada.
La Regada o Tirada de frutas va rumbo a la iglesia, ahí se regalan juguetes, frutas y productos típicos de la región, carros alegóricos con distintas capitanas y sus acompañantes para los hombres un caballo que transporta al capitán, el desfile los atarrayeros, quienes llevan al hombro su atarraya para pescar y tratan de tirar la red a grupos de personas para "llevarse la mala vibra al mar".
La Lavada de ollas Es la última etapa, un recalentado acompañado de otra fiesta que se convierte en sinónimo de hermandad, cooperación, abundancia y tradición.