Violencia marca marcha del Día de la Mujer en Oaxaca
La movilización vespertina por el Día Internacional de la Mujer en Oaxaca, que se llevó a cabo el 8 de marzo, culminó en escenas de violencia y caos, repitiendo una tendencia vista en otras partes del país. Aunque las marchas de la mañana y media tarde se desarrollaron de forma pacífica, con contingentes como los de la Sección 22 y universitarias, la manifestación principal que partió desde la Fuente de las 8 Regiones se vio afectada por actos de vandalismo. Un grupo de manifestantes derribó protecciones de un restaurante de una cadena internacional y comenzó a destruir mobiliario urbano, lo que alteró el ambiente de la protesta.
El recorrido de la marcha fue marcado por destrozos, ya que algunos participantes grafitearon edificios históricos y rompieron cristales de negocios en el centro de la ciudad. A su paso, otras personas intentaron proteger sus propiedades con tablones de triplay, pero los daños fueron inevitables. Los reporteros fueron también objeto de hostigamiento, pues se les impidió cubrir la manifestación desde el Paseo Juárez El Llano, obligándolos a retroceder mientras la violencia se intensificaba en la zona.
La tensión aumentó cuando los manifestantes llegaron al Zócalo, donde el Palacio de Gobierno estaba blindado con vallas y agentes de policía. La situación se tornó aún más conflictiva cuando un grupo de personas comenzó a golpear las vallas, lo que provocó que los policías respondieran lanzando gases lacrimógenos a la multitud. Esta acción generó pánico entre los asistentes, incluidos niños y ancianos, quienes se vieron obligados a correr en busca de refugio.
El uso indiscriminado de gases lacrimógenos afectó tanto a manifestantes como a transeúntes ajenos a la protesta. La escena de caos fue rápidamente compartida en redes sociales, donde se recomendaron medidas para mitigar los efectos del gas. La situación dejó un saldo de personas con los ojos irritados y con tos severa, mientras las autoridades y los funcionarios permanecieron alejados del centro histórico durante toda la jornada, lo que exacerbó aún más la percepción de un gobierno distante ante las demandas sociales.