Para la cultura zapoteca, la muerte no significa el final de todo, los seres queridos que con el paso de los años entran en un descanso de la vida terrenal, tiene la oportunidad de retornar con sus familias los últimos días del mes de octubre, así lo marca la tradición y lo conmemoran miles de familias en la región del istmo de Tehuantepec, esto desde antes de la llegada de los españoles.
A diferencia de otras culturas, la fiesta de los muestro entre los zapotecas inicia el 30 y 31 de octubre y no el día 1 y 2 de noviembre, y se realiza en la casa de la familia, pues es ahí donde sus difuntos regresan para pasar unos días entre los vivos, ofreciéndoles todo lo que en vida le gusto.
Es a través de las ofrendas como los zapotecas le dan las bienvenida a sus seres queridos, con un banquete lleno de platillos típico de la época prehispánica, hechos a base de cacao, maíz y cereales tal y como lo marca la tradición, colocados en altares de diferentes niveles de acuerdo a la costumbre y creencias de la familia.
"se ha manejado de 9 que se asemeja a los niveles del mictlán, pero también se maneja de 7 por el sincretismo por la llegada de los españoles y los 7 pecados capitales que él ya está por encima de eso pecados capitales que son los 7 no"
los elementos que conforman la ofrenda y la forma de ser colocados es un protocolo que siguen las familias del Istmo, esto para continuar con la armonía que existe en el lugar de donde vienen.
Con el paso de los años, la forma en que celebran a sus muertos han sufrido variaciones, en municipios como Juchitán, los preparativos inician con rezos desde 9 días antes, el adorno del altar y la colocación de ofrendas en algunas zonas empiezan desde el 28 de octubre y otros esperan el 30 para que los alimentos sean frescos y así reciban como se deben a sus fieles difuntos.
Es de esta forma como en esta región de Oaxaca, las familias recuerdan a sus seres queridos, una vez al año, esperan el momento para convivir con los que se adelantaron en esta vida terrenal.