Puntual como cada año, los zapotecas esperan a sus muertos con ofrendas que confeccionan en el interior de sus casas, a esta tradición la conocen como Xandú, y proviene de los rituales ancestrales, y se lleva a cabo al final del calendario indígena Biyé, que coincide con los días últimos días del mes de octubre.
Tomás Chiñas Santiago, presidente de la Asociación Civil Tona Taati, dio a conocer que el sincretismo religioso que se vive en esta ciudad, tiene un arraigo ancestral, y las familias se esmeran en hacer una ofrenda con todos los productos necesarios para recibir a sus muertos.
El costo de estas ofrendas varía según la cantidad de productos que se les coloquen, y se estima que va de los 30 a 40 mil pesos, los que la familia invierte para llevar a cabo esta celebración.
Una de las actividades que se destacan en esta tradición es el tequio, ya que es la base fundamental de esta tradición, y consiste en la participación de los vecinos, familiares y conocidos de la familia, que desde la mañana acuden a la elaboración de la ofrenda, y más tarde participan en el velorio con su cooperación económica y a cambio, reciben un tamal de mole negro y una pieza de pan.