Willy Zepeda, líder de la Unión de Tablajeros de Tehuacán, mencionó que este lugar es un caso, al grado que pudiera oler peor que un relleno sanitario, además de que a pesar de que se les dice a los administradores de la necesidad de sierra o de tiros para el sacrificio, nunca les hacen caso, por lo que al día solo llegan a sacrificar 40 animales, cuando este lugar debería atender más animales.
Dijo que al no tener la capacidad, muchos tablajeros prefieren sacrificar sus animales por fuera, es decir en lugares que aunque son clandestinos, se convierten en lugares tolerados, porque las autoridades saben dónde están pero no pueden hacer nada, por que saben que son necesarios por que no pueden atender las necesidades de una ciudad como esta.
Refirió que lo grave es que no hay un control en la carne, pues no hay un control sanitario como se hace en el rastro, lo cual pone en riesgo quien la consuma, de ahí la necesidad de que las autoridades agilicen los trabajos del nuevo rastro, esperando que se hayan atendido las observaciones que en su momento hicieron, pues en caso de que no, cuando se intente echar a andar, no será funcional.
Ante esta necesidad, señaló que al menos hay entre 40 y 50 rastros pequeños que se adaptan en casas, en las que se hacen los sacrificios, hasta que no funcionen las nuevas instalaciones, se seguirá corriendo el riesgo de consumir carne de dudosa procedencia; integrantes de la unión de tablajeros, también dudan que, a finales de año, en nuevo rastro funcione.