La combinación de impunidad y temor familiar, obligó a Esther Gregorio, madre de la mujer que murió el pasado 9 de enero en colonia Tehuacán a manos de uno de sus exinquilinos, a denunciar una serie de irregularidades desde el interior de la Fiscalía General del Estado (FGE), entre las que destacan el haberla forzado a declarar que el victimario sostenía una relación sentimental con su hija, condición que se hizo para poder entregar el cuerpo de la víctima.
La familia de Adriana Miguel Gregorio, fallecida en su domicilio el pasado jueves a causa de múltiples golpes y heridas provocadas con objetos punzocortantes, dio a conocer que existieron presiones de la Agencia Estatal de Investigaciones (AIE), a fin de alterar las declaraciones vertidas en la carpeta de investigación, incluso dijeron que la FGE conoce la identidad del agresor, pero se negó a precisarla y ha retardado una posible captura.
La madre de la víctima reveló que su hija nunca sostuvo una relación con el homicida, y aclaró que se trataba de una persona que había rentado por seis meses un cuarto en el número 1321 de la calle Cuitláhuac en la colonia Tehuacán, pero al notar que se trataba de una persona con conductas delictivas y consumidor de drogas, fue retirado del lugar, algo a lo que se negó desde siempre.
La familia narró que Adriana fue agredida por última ocasión la tarde del 25 de diciembre, y que la FGE tenía conocimiento del desalojo del agresor desde semanas antes por perturbar en el lugar.
No obstante, el homicida ingresó al domicilio sin forzar las puertas el 9 de enero pasado, atacó a Adriana y robó varios objetos personales de la casa, dejando en planta baja a la hija menor de la víctima. Adriana murió ese mismo día y hasta ahora el avance ante las autoridades, según se le ha dicho a propia familia, no ha podido ser mayor.