De las aproximadamente 60 mil especies de árboles a nivel mundial, por lo menos una tercera parte está amenazada de extinción; el Centro de Investigación Especializado en Temas de Ecología y Medio Ambiente en México (INECOL) en enero de 2022 producto de un estudio, resaltó que 3 mil 620 especies arbóreas en nuestro país son reconocidas por Botanic Gardens Conservation International, pero su trabajo mostró que dicho número "subestimó la notable diversidad de especies de árboles mexicanas", las cuales podrían superar las 4 mil 200.
Y que casi el 60% de las especies que hasta ese momento había evaluado estaban amenazadas, además de varias extintas, especialmente en Veracruz; ahora que, la ocurrencia de especies arbóreas amenazadas en Puebla se clasificó en "peligro y vulnerables".
"En nuestro estado y en muchos lugares del país tenemos referentes normativos y de gestión muy básicos para el arbolado en general, y son aún más deficientes para el manejo de árboles de manejo especial, árboles viejos, grandes árboles o emblemáticos" consideró el Coordinador de Árboles Patrimoniales de Puebla, Antonio Ferrer Martínez.
¿Qué es la deforestación?
Pérdida permanente de vegetación forestal por causas inducidas o naturales. Implica cambio de uso de tierra forestal a cualquier otro uso: agrícola, pradera, asentamientos humanos, etc.
FUENTE: SEMARNAT, CONAFOR
Mientras que el Sistema de Monitoreo Forestal con respecto a 2019, en 2021 indicó que la "tasa de deforestación" se redujo 25.94%; datos de la SEMARNAT y de la CONAFOR indican que entre 2001 y 2022 en promedio se perdieron 208 mil 746 ha/año por deforestación, los años en el que se han perdido más hectáreas fue 2016 con 350 mil 298 y 2014 con 342 mil 899. En la región centro del país que comprende a la Ciudad de México, Hidalgo, estado de México, Morelos, Puebla y Tlaxcala , de 2001 a 2018 se deforestaron 154 mil 165 hectáreas, equivalentes a 8 mil 656 ha/año de tierras
Entre 2001 y 2022 fueron 5 las principales causas de pérdida de ecosistemas forestales: de "Tierras forestales a pastizales" 73.84%, "Tierras forestales a tierras agrícolas" 21.26%, de "Tierras forestales a otros usos" 2.54%, de "Tierras forestales a asentamientos humanos" 2.30%, y de "Tierras forestales a humedales" 0.06%.
"Realmente no se ha tomado en serio, casi siempre son los paliativos, de sí estamos atacando el hongo, pero yo no he leído que nadie haga un estudio enserio; cualquier municipio tendría que estar planeando, atacando problemas, en un momento dado tener equipo capacitado, casi nadie lo toma en cuenta; si no toman en cuenta las especies adecuadas para reforestar, menos les interesa tener bien un estudio específico", indicó el Biólogo Amaury Solís, Subdirector de Proyectos en el Centro de Estudios Geográficos, Biológicos y Comunitarios.
Además de la deforestación, en las ciudades, zonas conurbadas y poblaciones también se atraviesa por la "emergencia arbórea", ante la cada vez más compleja disponibilidad de agua, contaminación, cambios de uso de suelo, que está incidiendo en la dinámica natural de los ecosistemas, la evidencia de ello son árboles que comienzan a caer, a morir.
"Esto debió haber sido regulado desde hace mucho, no se hizo, y aquí están los resultados; investigar si realmente está la plaga, desconozco, pero ya sabemos la historia de los árboles plagados en Tehuacán, es difícil trabajar o tratar de atacar", añadió el Biólogo Amaury.
Estados y municipios adolecen de sistemas y normativas para la gestión de arbolado, algunos ni siquiera tienen instrumentos adecuados para su manejo, lo que pone a los ejemplares en condición de vulnerabilidad. Al ser tantas las especies de árboles es necesario, antes de plantarlas en un determinado espacio (más en zonas urbanas), se considere un sistema de identificación y criterios de clasificación: por sus características biológicas, tipo de suelo, paisajismo, utilidad.
Conocer la altura y diámetro en su madurez, del árbol elegido para plantar permite evitar problemas futuros, determinar distancias y el espacio para su adecuado desarrollo (de ramas y raíces); si su madera es frágil, si es susceptible a cierto tipo de plagas o enfermedades, si tolera o no las podas considerando que ante una poda incorrecta mientras más grande sea la herida, menor posibilidad tendrá el árbol de sanar; la frecuencia de riego necesaria, etc.
"Aunque existen áreas verdes el hecho de que se haga uso de estos espacios como espacios de circulación, de convivencia, generan procesos de compactación, de erosión de suelo, el verter líquidos es contaminación de suelo, eso genera un caldo de cultivo para que los árboles no crezcan en condiciones óptimas y cuando un árbol no crece en condiciones óptimas es más propenso a plagas y enfermedades", subrayó el Coordinador de Árboles Patrimoniales de Puebla.
Adaptarse a las necesidades concretas de cada árbol, podar poco pero correcta y frecuentemente, y ante la cambiante realidad meteorológica: temporales con escaso lapso entre ellos, las ciudades necesitan adaptar un sistema de vigilancia y gestión arbórea, pero en Tehuacán prevalece la duda ¿Qué está matando a los árboles?