Tras un largo camino recorrido (mil 156 kilómetros, en 50 días), la caravana migrante llegó anoche a la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México, para dar gracias por haber llegado hasta la capital, a pesar de los obstáculos.
A su entrada a la Ciudad de México tuvieron que enfrentarse a un bloqueo de la policía, el cual generó un enfrentamiento que dejó varios migrantes lesionados, tres de ellos con heridas severas, por lo que fueron trasladados a un hospital.
Pasadas las 10 de la noche, los extranjeros, la gran mayoría procedentes de Centroamérica, arribaron al templo del Tepeyac. Deseaban hacerlo justo el día que la tradición católica celebra a la Virgen de Guadalupe.
El rector del recinto, Salvador Martínez Ávila, los recibió y abrió las puertas de la Basílica exclusivamente para ellos, dos horas antes había cerrado sus puertas a los visitantes.
"Sólo pasarán los migrantes, vienen a un acto de fe. Pedimos a los medios de comunicación esperar (afuera), esto no es un espectáculo", dijo..
La caravana está integrada por 387 personas, entre ellos 75 niños y 121 mujeres. Los migrantes realizaron una oración y accedieron a la zona debajo del presbiterio, al pie de la Guadalupana, donde pudieron contemplarla. Más tarde, los centroamericanos se retiraron a descansar en la Casa del Peregrino San Juan Diego, a espaldas de la Basílica.
Ante la trifulca, niños y muchas mujeres rompieron en llanto. Inconsolable, una mujer que cargaba una bebé, gritaba: "Déjenos pasar, sólo pedimos libre tránsito. Queremos una mejor vida, ¿qué hay de malo en eso? ¿Por qué nos tratan así?"