"A raíz del COVID-19, fueron situaciones que yo no quiero volver a vivir porque fueron muy duras; eso de querer llorar y no poder llorar, a esos grados llegamos, a decidir a quién sí y a quién no porque no teníamos lo suficiente", compartió de manera anónima una enfermera que estuvo en la primera línea de combate a la Covid-19 en un hospital de Tehuacán.
"El desabasto de insumos para los pacientes, para las curaciones, la falta de personal tanto médico como de enfermeras", resaltó la enfermera Aurora Ortiz Méndez.
¿Quién cuida a los cuidadores?
Enfermeras y enfermeros, estrés, ansiedad y depresión
La apertura de actividades comerciales, recreativas, de ocio, de esparcimiento no fue el sinónimo de "uniformes blancos" libres de estrés, ansiedad e incluso de depresión, durante y aún después de COVID-19, a casi 2 años de haberse declarado su fin por la OMS.
Mientras que un estudio de enfermeros en Argentina reveló que el 88% sufrió ansiedad y depresión, en Paraguay el 88% de estos profesionales de la salud resultó con ansiedad y el 73% con depresión, en orden de frecuencia en España las enfermeras registraron ansiedad, depresión y estrés. Un estudio en China señaló que el 33% de los enfermeros con más de 10 años de trabajo desarrollaron depresión.
Y un análisis de 2020 a enfermeros en hospitales de Lima y El Cairo (Perú), por la revista "Index de enfermería", indicó que el 39.1% de los profesionales presentaron algún grado de ansiedad, 24.6% algún grado de depresión y el 8.8% algún grado de estrés; ahora que la depresión moderada y severa estaba presente en el 12.5% de las y los enfermeros de entre 48 y 58 años, la depresión (leve, moderada y severa) afectó al 38.5% de las enfermeras, ahora que el 50% de quienes llevaban entre 11 y 20 años de servicio registraron depresión leve o moderada.
En cuanto a la ansiedad leve, moderada, severa y muy severa estaba presente en el 55.3% de los profesionales de entre 35 y 47 años; el 57.7% de las enfermeras presentaba algún grado de ansiedad, en comparación con el 6.2% de los enfermeros.
Otros estudios demostraron que enfermeros que estuvieron en la primera línea de atención a pacientes con Covid-19, el 31% presentó estrés agudo, 45% ansiedad elevada, 38% depresión, 29% burnout, trastornos del sueño, del apetito, agotamiento, pánico, depresión clínica.
"No nada más es un cansancio físico, es un cansancio emocional, una situación espiritual fuerte, donde la persona está cargando todo ese proceso durante mucho tiempo", indicó el Psicólogo Humberto Merino Hernández.
En México incluso antes de la emergencia sanitaria (2014), estudios apuntan a que en la población promedio de enfermeros de 36 años, la mayoría con más de 15 años de antigüedad, con 8 horas de trabajo en un día, los estresores más constantes fueron la muerte, el sufrimiento e incertidumbre en el tratamiento de los pacientes (29.3%), ¿Cuánto pudo haberse potenciado el panorama tras Covid-19?
"Les va dejando problemas emocionales graves, arrastrar una depresión de mucho tiempo, ataques o trastorno de ansiedad generalizada, estrés postraumático tras la pérdida de los pacientes que están atendiendo", resaltó el psicólogo Merino Hernández.
"No debemos quedarnos en lo que aprendimos cuando fuimos estudiantes, hay que seguirnos preparando cada día, por ejemplo con la pandemia, una nueva enfermedad, nuevos logros médicos", resaltó Ortiz Méndez.
"Que se nos de más respeto como profesionales y que no nos sigan considerando como las y los ayudantes del médico, nosotros también estudiamos, nos preparamos, tenemos el conocimiento, la práctica y somos profesionales de la salud, de igual valor que un médico", opinó Alejandra Elvira Castañeda Ortega, Enfermera desde hace 20 años.
Jornadas laborales extenuantes, que regularmente incluyen turnos nocturnos, el contacto-involucramiento no solo con los pacientes, sino también con sus familiares, más allá de repercutir en su rendimiento laboral: eficacia y eficiencia, tienen implicaciones en su propio desarrollo profesional, personal, en sus relaciones familiares, afectivas; ¿Cómo lidian con ello?