Luego que un martirio resultó agredido con una arma de fuego, frente a su hijo menor de edad, tras una discusión que sostuvieron con un vecino de la zona ya que este le aventó la motocicleta a uno de los perros de la pareja lo que provocó que derrapara; el Centro de Rehabilitación para Enfermos en Adicciones Tehuacán (CREAT) no solo lamentó lo sucedido, sino que indicó que la falta de autocontrol y salud mental son dos factores que han condicionado al incremento de la "agresividad social" y que si a esto se le suma el uso y abuso de sustancias tóxicas, se está frente al grave problema.
Humberto Merino Hernández, Coordinador del CREAT destacó que desafortunadamente hasta apenas se le está poniendo atención al tema de la salud mental; por lo que, sí en un individuo se conjuga estrés, falta de autocontrol, falta de salud mental se convierte en problema comunitario, pero si a eso se suma el uso y abuso de sustancias tóxicas se convierte en un grave problema social, puesto que incluso 6 de cada 10 pacientes que atiende en el centro son por esta causa o presentan dicho problema.
Indicó que si bien existen diversas presiones a nivel individual de índole económica, familiar, sentimental, entre otras, así como una acumulación de estrés que ante una situación de conflicto evita que el individuo tenga autocontrol, no es usual que las personas que presentan este tipo de problemas busquen ayuda, y cuando lo hacen ya se encuentra ante un problema mayúsculo.
Mientras que las personas que presentan problemas de adicciones, son más propensos a reacciones o conductas agresivas y el solicitar ayuda es mucho más difícil, por lo general, lo hacen cuando "tocan fondo en su adicción" y eso puede ser después de varios días, meses o hasta años. Así, la mayoría de los adictos tienen un gran historial de agresión, que comienza en sus casas, hacía padres, cónyuges, hijos.
Ya sea por los efectos de las sustancias que consumen, el síndrome de abstinencia o la necesidad de consumir más; y cuando la familia trata de poner límites, el adicto no lo permite y en ese momento aparecen esas reacciones agresivas; desde desplantes, gritos, empujones, pellizcos, jalones de cabello, haste otra formas más graves, finalizó.