Dejando de lado los edificios de la época colonial o independiente, todo el valle de Tehuacán resulta rico en asentamientos prehispánicos; y es que prácticamente por donde se camine es altamente probable encontrar vestigios como "tepalcates" (restos de cerámica), restos de lítica, de obsidiana, por mencionar algunos. Y a la par de ello, sin temor a equivocaciones, habrá indicios de "excavaciones".
"Teteles" o "basamentos piramidales" perforados, incluso con túneles en dirección horizontal, con miras al saqueo, es una constante, verificada por historiadores e investigadores del valle desde hace 25 años.
"Desafortunadamente para el caso de los sitios arqueológicos, también se tiene la idea que los antiguos pobladores también acumulaban oro y otros bienes, cuando en ese momento de la historia es incorrecto, no se tenía ni el mismo entendimiento, ni el mismo aprecio como se tuvo posteriormente y hasta hoy en día, entonces su buscan esas riqueza y se da el deterioro", expresó el Historiador, Gestor del Patrimonio Natural, Histórico y Cultural del Valle de Tehuacán, Jorge Gerardo Balderas Ortiz.
Ahora que en el caso de edificios, construcciones o lugares de interés histórico- cultural, si bien en mayor o menor medida el paso del tiempo les ocasiona deterioro ya que resulta sumamente costoso su mantenimiento, el que tengan cercos perimetrales o vigilancia, minimiza el riesgo de afectaciones por "buscadores de tesoros", no obstante la mayoría se encuentran abandonados.
"Todos estos bienes inmuebles, que además están considerados como patrimonio histórico, tienen diferentes niveles de protección, hay algunos que afortunadamente, como es el caso de los templos están en manos de la iglesia quien velará por su conservación", añadió Ortiz.
"Van a buscar lo que supuestamente dejaron los antepasados, oro, plata, cosas; incluso con detectores, hemos encontrado muchos hoyos en las ex haciendas", indicó Hugo César Avendaño Ordaz, Explorador y Coordinador del Grupo "Halcón Explorador"
"Hay otros que están en manos de particulares como el Rancho de Calcahuapo, La Huerta, El Carmen en Miahuatlán, la Hacienda de la Trinidad en Ajalpan, la hacienda Grande de San Lorenzo, que de alguna manera contribuye a su conservación", puntualizó el historiador Balderas Ortiz.
Historiadores y gestores histórico-culturales apuntan a que en la medida que la población se documente sobre su historia y cultura, sabrán que quizá "no vale la pena meter pala y pico" para excavar o derribar un muro, ya que no habrán hechos históricos que hagan suponer la "existencia e incluso permanencia de tesoros", además que vecinos de las diferentes zonas o sitios de interés deben comprometerse en su preservación, denunciando las afectaciones que detecten.
"Tiene que ver mucho con el nivel de educación y de cultura que se tiene, por un lado la falta de conocer nuestra historia, así sea en forma de leyendas, provoca un vacío en nuestra identidad, la poca valoración de nuestro patrimonio edificado, de ahí resultan estas prácticas que lo único que hacen es destruirlo", culminó Ortiz.
Todo este panorama sobre el patrimonio histórico y natural de la región, se entrelaza con el patrimonio de transmisión oral y del que poco registro documental se tiene, "las leyendas".