"Aquí se baila el danzón cubano y también el danzón afrancesado, la diferencia es que el danzón cubano es un poco más estético, aunque el danzón no nació en Cuba, sino que nació en Inglaterra. Ya se ha perdido mucho estilo de danzón tanto afrancesado como cubano", mencionó el "Ingeniero Ortiz" de 71 años de edad, integrante del grupo de danzoneros en el Parque Juárez.
"Es muy bueno, es una actividad muy sana, nos permite ejercitarnos y nos gusta", opinó otra de las danzoneras.
Una hora de música clásica e instrumental, más una hora de danzón es lo que la Banda Municipal de Música de Tehuacán ha aportado por 20 años al grupo de bailarines, quienes practican danzón cerrado, abierto/floreado y uno al que llaman "arrabalero"; sin embargo, frente a los compromisos de la banda, desde hace 15 años, todos los jueves y domingos de 06:00 a 09:00 pm, han incorporado música grabada.
"Las personas se acostumbraron a que hay baile aquí, hasta ya no podemos contar cuántos vienen, por tanta gente que hay, pero tratamos de conservar los ritmos como el danzón, el mambo, el chachachá, el rock and roll, y también ponemos música moderna como la cumbia sonidera", compartió Gonzalo Villareal Tenorio de 74 años, el precursor del baile con música grabada en el grupo de danzoneros del Parque Juárez de Tehuacán.
"Se está generando una comunidad amplia, los jóvenes al participar de esto, lo están haciendo en un espacio público social presencial, hoy el espacio público de los jóvenes son la redes, es lo virtual, el internet, se la pasan conectados la mayor parte del tiempo", explicó Jorge Alberto Calles Santillana, Profesor Investigador de la Facultad de Ciencias Sociales en el área de Sociología de la BUAP.
Esta actividad comunitaria que se relaciona con una actividad placentera como el escuchar música y bailarla, pone en evidencia su evolución, y permite nuevos procesos de comunicación generacional, de socialización.
"Esto permite inclusive, nuevos procesos de comunicación entre las nuevas y las viejas generaciones, porque ahora si yo me acerco y quiero aprender a bailar", "me tienen que enseñar la técnica, los pasos y aprender a disfrutar, esto es una maravilla porque abre procesos de socialización y comunicación", profundizó Calles Santillana.
Socialmente se señala que las políticas públicas culturales no solo deben buscar el consumo, sino generar sinergias para el desarrollo humano de la colectividad.
"Pueden dar lugar a que esta comunidad pueda trascender la única actividad del baile y empezar a diseñar otras actividades sociales en bien de la comunidad y en bien de Tehuacán mismo", finalizó el profesor Santillana.
Para antropólogos sociales y sociólogos, esta dinámica en el Parque Juárez debe mantener su autogestión, pero con apoyo institucional, y los nuevos gobiernos tanto municipales y estatales deberán tener apertura para ello, otorgarle reconocimiento a dicha actividad, así como darle un relanzamiento al Parque Juárez, espacio que ofrece muchas posibilidades, hasta ahora, desaprovechadas.