Durante la pandemia por Covid-19 al menos 20 negocios con venta de bebidas alcohólicas comenzaron a operar de manera clandestina, sin las medidas sanitarias correspondientes; y aunque las fiestas patrias en años anteriores, para este sector les representaba una importante derrama económica, "en esta ocasión no será así, porque no sólo seguimos luchando con la venta desleal, sino también con el virus", afirmó Alberto Olmos, presidente de la Unión de Vinos y licores en Tehuacán.
Y es que de los 80 adheridos a la unión, solo el 62.5%, es decir, 50 de ellos, continúan operando al 30% de aforo, con un horario limitado, por lo que sus ingresos únicamente les permiten mantenerse a flote, sin que hasta el momento hayan alcanzado un equilibrio.
Y aunque la operación, en su mayoría de bares y cantinas clandestinas desde siempre les ha representado una competencia frente a la que están en desventaja, con la pandemia que les obligó a cerrar sus negocios por más de un año, la quiebra fue inevitable para muchos de ellos.
No obstante, en últimas fechas han detectado la apertura de 8 establecimientos dedicados a este giro, de los que desconocen si se trata de nuevos permisos de licencia de funcionamiento o de negocios que tras cerrar decidieron o vender sus permisos o reabrir con otro nombre.