Los manantiales de Tehuacán fueron tan importantes para su desarrollo comercial- económico en siglo XX, con "las embotelladoras", y en la actualidad la población espera recuperar sus volúmenes de agua para regresar esa gloria a su comunidad.
"Había de sabor manzana nacional, que era la más popular, de fresa, sangría, mandarina, agua quina y durazno prisco; la manzana nacional era muy sonada, y hacían los jarabes ahí", compartió la señora Hilda Méndez, quien radica en San Lorenzo Teotipilco desde hace 56 años.
Refrescos con producto original, embotellados en San Lorenzo Teotipilco
"Los productos que no cumplían con los parámetros para su salida al mercado eran obsequiados a los trabajadores; se trataban de los refrescos que tras el embotellado resultaban medio llenos (estos poseen su corcholata original)"
La primera embotelladora de aguas minerales en San Lorenzo junta auxiliar de Tehuacán, comenzó operaciones junto con el siglo XX: "La Cruz Roja", se abastecía del manantial "San Miguelito" ubicado al pie del cerro "La Mesa", en ese tiempo el nacimiento de agua tenía 3 metros de profundidad, y el agua llegaba a la ex hacienda de El Riego a través de una galería filtrante.
"Aquí se curaban y tenían el agua que querían, porque ahí estaban los manantiales, pero después se fueron secando, hasta la fecha nada más quedaron las bases, pero ya no tienen agua, ya está profundamente secas, pero eso es un recuerdo que tenemos allí", compartió "Don Panchito" de casi cien años de edad, originario de Teotipilco y ex trabajador de la embotelladora de San Lorenzo.
Poco después, se comenzó a embotellar agua junto al manantial de Axoxopan, para 1912 dicha embotelladora fue vendida al norteamericano Leo F. quien fundó la "Empresa de Aguas Minerales San Lorenzo"; en pleno auge de las embotelladoras, el 13 de noviembre de 1915 cuando la distribución era en toda la república, Estados Unidos y Cuba, llegaron a Tehuacán las fuerzas zapatistas al mando del cabecilla general Mendoza, y al no poder tomar la plaza, en su retirada, incendió las plantas embotelladoras de agua mineral después de haberlas saqueado.
"Los garrafones eran de vidrio y recuerdo que eran 120 ejidatarios, todos tuvieron gente trabajando ahí, sus hijos, ellos, porque ese era el trato que tenían con don Ramón González, mi marido estuvo ahí de cargador, cargaba los tráileres", añadió la señora Hilda.
En 1938 Francisco Balseca inició la construcción de la planta embotelladora al pie del manantial de Axoxopan, más tarde los señores González de procedencia española, invirtieron en la planta, para luego romper su sociedad y fue cuando los Balseca pusieron su embotelladora cerca de las vías del tren; en 1942 la fábrica fue reacondicionada y modernizada la maquinaria, retomando el embotellado de agua mineral; operó bajo la razón social "Manantiales de San Lorenzo S. A. de C. V.", años después pasó al banco Somex y después al grupo Garci- Crespo, para finalmente dejar de trabajar a principios de 1993.
"Él trabajó con máquinas de pedal, pasaba por la lavada, luego a revisión y luego a tapar los garrafones de agua que él llevaba a distintas partes; después estuvo el hijo pero ya fue distinto; el agüita era reconocida en todo el mundo, porque la llevaba para distintas partes porque tenía camiones", precisó "Don Panchito".
Poco antes que cerrara la embotelladora de San Lorenzo, se admitió a mujeres como obreras, en su mayoría familiares o recomendadas de algún integrante del gremio ejidal.
"Fue una experiencia trabajar ahí, bonita, desgraciadamente se cerró y ahora no se ha buscado, si se tiene la maquinaria, si se tiene todo, sería importante buscar reactivar esa embotelladora con todo ese valor histórico que tiene, porque realmente le dio historia a San Lorenzo a Tehuacán, venían personas de otros países", precisó Priscila una de las últimas obreras de la embotelladora de San Lorenzo.
Si bien en el siglo pasado la actividad comercial de las embotelladoras fue medular para la vida económica de Tehuacán y su región, frente a la disminución de los niveles de agua, el incremento de las temperaturas y por ende la sequía junto con la casi extinción de los manantiales, la concentración debe estar en el abastecimiento del agua, pues para que sea considerada como un recurso natural renovable, sus ciclos de regeneración deberán ser superiores a su velocidad de extracción, de lo contrario sería un recurso "no renovable" (con un ciclo de regeneración por debajo de los ritmos de explotación)