Aunque diversificado con mayor frecuencia entre creyentes católicos, el culto a la santa muerte es una práctica fuera de los dogmas establecidos que la iglesia no está dispuesta a conocer. Jesús Edmundo Flores Beristain, responsable de la Pastoral Litúrgica, exhortó a evitar fanatismos peligrosos y equivocados.
Combinado con la veneración a algunos santos y mártires católicos, la creencia hacia la santa muerte toma más arraigo entre los fieles, resultando una situación confusa que no es permitida al no apegarse a los criterios religiosos, incluso la iglesia la considera una imagen ajena y se deslinda de los actos religiosos similares a la devoción católica.
El religioso sostuvo que ese tipo de actos no se pueden incluir dentro de la piedad popular (creencias establecidas por fieles, pero toleradas por la iglesia) y llama a evitar el acercamiento con ideas que se consideran oscuras.