Desde hace más de 30 años una familia originaria de la Ciudad de México visita diferentes ciudades en el país con el único objetivo de recibir unas cuantas monedas de quienes les gusta la música emitida por un órgano o cilindro, como ellos le llaman el cual durante muchos años fue una tradición en nuestro país, durante tres o cuatro días buscan vivir en cada lugar esperando tener ingresos que envía a sus familias.