Grave las ejecuciones, "pero más la falta de diagnósticos- prevención"

Aún cuando las estadísticas de las autoridades municipales no coinciden con lo que se tiene en archivos periodísticos y ante la Fiscalía General del Estado (FGE) sobre los homicidios dolosos y/o ejecuciones, especialistas en educación si coinciden en que ese ya es un problema a gran escala que se ha normalizado, y para el que además de diagnósticos urgen tanto protocolos para el manejo de situaciones de riesgo, como en salud emocional.

Enrique Montalvo Hernández, Especialista en Cultura de Paz y No Violencia por el Instituto Meicano de la Juventud, destacó que además del lamentable el número de ejecuciones y/o homicidios dolosos que se están registrando en Tehuacán, es grave; por lo que urge un análisis del contexto situacional de cada una de las víctimas que pudieran arrojar indicios sobre el comportamiento violento a nivel local; diagnósticos sobre los lugares o contextos donde se están cometiendo esos actos, los lugares dónde se están encontrando a los cuerpos; así como programas para la intervención de la cultura de la paz desde las familia, y hacía las instituciones tanto públicas como privadas.

Pues todo ello, inevitablemente impacta en la formación de los más pequeños principalmente, por lo que es desde las infancias de dónde se debe hacer más conciencia. Incluso orilla a las escuelas a que desarrollen un protocolo para el manejo de situaciones de riesgo o inseguridad, es decir debe ser un proceso preventivo y no correctivo. Y los protocolos de salud emocional se vuelven en algo necesario para escuelas, instituciones, colonias, entre otros contextos.

Montalvo Hernández abundó que seguridad pública municipal debe trabajar en los protocolos de prevención desde diversas áreas como educación, grupos vulnerables, atención a víctimas del delito, los institutos de la mujer, la juventud, DIF, entre otras, para el plan que a estas alturas ya deben tener para la mitigación y prevención de los homicidios dolosos, incluso revisar las habilidades socioemocionales de las "áreas riesgo o focos rojos" por delincuencia y/o violencia.

"Se necesita mucho ojo clínico, tanto en maestros, padres de familia hasta autoridades; no se debe permitir que un incidente pase a mayores, desde las escuelas, familias, comunidades hasta nivel macrosocial", dijo.