Con sepulcros de 21 años antes del inicio de la Revolución Mexicana, los primeros de ellos el 18 de septiembre de 1889 con Candelaria Alcántara y Juana Vázquez, sepultadas en la tercera y cuarta clase, respectivamente, aunque otras versiones apuntan a que el primer difunto fue Don José María Dolores, el mismo día de la inauguración, quien descansa en la primera fosa de primera clase; el Panteón Municipal además de resguardar cerca de 65 mil restos humanos en más de 16 mil fosas, ya que muchas de ellas se han reutilizado hasta en 15 o 20 ocasiones; también celebra su cumpleaños número 134, en el marco de los "festejos patrios" y con ello se convierte un rico acervo de la historia de un Tehuacán pre revolucionario hasta la modernidad.
NOTA: Una de las escrituras de una de las fosas más antiguas que se tiene en los registros y se pudo consultar, data del 21 de septiembre de 1915, por la "Notaría Pública del Distrito de Tehuacán a cargo de Ignacio Díaz", que al pie dice: "Testimonio de la escritura de compra- venta del lote número 23, segunda clase, del Panteón Municipal de esta ciudad, otorgada por los munícipes señores Justo Ruiz y Faustiano García, en representación del H. Ayuntamiento a favor del señor Cristóbal Garzón, por el precio de 525 pesos".
Fue el 17 de septiembre de 1889 que vio nacer al Panteón Municipal de Tehuacán, con una pared perimetral de adobe y 6 sepulcros durante su primer mes de vida, y que hasta la fecha resguarda los restos de un gobernador del estado de Puebla, Luis Miguel Barbosa Huerta, varios presidentes municipales, personajes ilustres de la educación, política, y de la propia historia de la región, desde Joaquín Paredes Colín, Salvador Cruz cronista de la ciudad, Don Eusebio Ceja quien incluso tiene un monumento a la entrada del camposanto, "Hijos Predilectos de Tehuacán". También pueden leerse en algunas lápidas apellidos como: "Díaz Ceballos", "Balseca", "De la llave", "Romero", "Lezama", tan solo por mencionar algunos.
"Me di el lujo de enterrar hasta a un gobernador señorita, pero hay muchas otras gentes importantes para la historia de nuestro Tehuacán y la región, desgraciadamente a este lugar no se le da la importancia histórica que merece", comentó con añoranza Joel Morales Aranda, Administrador del Panteón Municipal.
¿Qué pasó antes del 17 de septiembre de 1889 en Tehuacán?
- Época colonial: Tehuacán no contaba con panteón, los actos de inhumación se realizaban en los atrios de las iglesias, como la de San Juan de Dios, San Francisco, El Carmen, también en la parroquia, hoy Catedral.
- 1822: El entonces ayuntamiento, determinó la necesidad de un panteón por cuestiones de salubridad y consideró a un predio ubicado a un costado del antiguo hospital de San Juan de Dios.
- 1887: "La junta especial pro panteón" encabezada por autoridades municipales y estatales, comenzaron la búsqueda del predio y se fijaron en los terrenos conocidos como "Los Méndez" que habían sido una hacienda muy próspera en la época de la colonia; en ese tiempo eran propiedad de la familia Mont, parte de la hacienda de El Riego; dicha familia decidió donar el predio.
- 1888: Inicia la construcción del panteón, a cargo de los maestros de obra que ahora son reconocidos como arquitectos, Manuel Bonilla y Don Sixto Huerta. En ese año el gobernador del estado de Puebla, Don Rosendo Márquez apoyó con 2 mil pesos para la construcción.
- Junio de 1889: Estaba prácticamente terminado el panteón, cuya arquitectura se hizo similar al de la ciudad de Puebla. La junta especial pro panteón decidió que el 16 de septiembre de 1889 fuera inaugurado.
- 15 de septiembre de 1889: El ayuntamiento mandó a clausurar los panteones que había en los atrios y en los 4 barrios de Tehuacán, así quedaron prohibidas las inhumaciones.
- Don Rafael Días y Días, presidente municipal de Tehuacán: tiene la idea de nombrar a las calles, avenidas, andadores, con el nombre de personas que hubieran colaborado para el mejoramiento del camposanto
"En aquel tiempo el fervor patrio era muy acendrado entre todos los mexicanos, y también entre los Tehuacaneros, pero se topan con una situación peculiar, ya que para la inauguración del panteón necesitaban que fuera con una defunción, pero en ese día nadie murió. Desafortunadamente Don José María Dolores murió el 17 de septiembre de 1889 y fue como se lleva a cabo la inauguración, le otorgan la fosa 1 en primera clase; aunque en el acta se estipula que la fecha oficial era el 16 de septiembre de 1889", aportó Juan Manuel Gámez Andrade, Cronista de Tehuacán.
LOS TRES ANFITEATROS EN TEHUACÁN Y "MARÍA MUERTOS"
La historia relativamente reciente de Joel Morales Aranda, que por 8 años se ha desempeñado como administrador del Panteón Municipal, nos lleva a apreciar las memorias transmitidas de su padre Cenorino Morales Lezama, quien llevó ese mismo cargo por más de 20 años, desde febrero de 1966; esto nos permite saber un poco sobre "Don Ruperto", quien estuvo por más de 35 años realizando las necropsias en Tehuacán y de la leyenda de "María Muertos".
Por allá de 1966 el anfiteatro de Tehuacán se encontraba en el lado poniente de la "primera clase" del panteón, como evidencia de ello aún se conserva una "puerta- calle"; pero no estaba al cien por ciento cubierto por lo que cuando "María Muertos" hacía las necropsias se veía, y allí surgió su leyenda - a la hora de abrir los cuerpos no ponía el cuchillo que utilizaba sobre la única plancha que tenían, sino que lo colocaba en su boca y continuaba trabajando-. Para 1968 el anfiteatro se instaló al fondo de la cuarta clase, con 6 planchas y la ahora extinta "calle del legista", y en la zona de su primera ubicación fue sepultado uno de los personajes importantes de la historia moderna de Tehuacán: Marco Antonio Balseca.
Aproximadamente 21 años después (1989), el anfiteatro se mudó al sitio donde actualmente se encuentra y desde esa fecha ya no hay ayudantes externos salvo personal de la Fiscalía General del Estado (FGE) para la realización de los exámenes post mortem.
"Para esa fecha María Muertos falleció entonces su hijo Raúl comenzó a hacer las necropsias; el médico legista era un doctor que se llamaba Miguel que vivía por Avenida Reforma, entre la 5 y 7, y siempre llegaba en un Ford Falcón verde, desde esos años mi papá ya me traía al panteón, entonces yo ya estoy muy familiarizado con el lugar, por eso quiero mucho a mi lugar de trabajo", compartió Morales Aranda.
EL PANTEÓN DE TEHUACÁN EN LA MODERNIDAD
Durante la administración de Zeferino Romero Bringas, fue cuando se compró un espacio de 4 metros por 4 metros, para la construcción de la "Capilla de la Resurrección", inaugurada el 02 de noviembre de 1970 y bendecida por el Primer Obispo de Tehuacán Rafael Ayala y Ayala. Llamada así por la escultura de un "Cristo Resucitado" realizada por un artista Tehuacanero, que tuvo un costo de 3,500 pesos, de los cuales 1,500 fueron donados por la señorita Socorro Romero Sánchez y 2,000 pesos producto de la cooperación de la ciudadanía.
La modernidad llegó al camposanto antes de la inauguración de la capilla. Sobre la calle 2 norte había una tienda que se llamaba "El Cerro de Oro", desde allí con unos horcones, que los trabajadores extrajeron de los árboles del mismo panteón, metieron por primera vez la luz eléctrica, y 5 meses después el teléfono; como dato curioso el número actual del panteón sigue siendo el mismo de los años 70´: 20358.
Morales Aranda recordó que el panteón tenía diversos objetos de valor histórico, como un teléfono antiguo y 16 libros, uno de ellos de aproximadamente 70 centímetros de ancho, pero que por el año 1997 cuando su padre retomó la administración del panteón durante la entrega- recepción, dichos objetos no entraron en el inventario. Con esas añoranzas de la gloria de un Tehuacán antiguo, pretenden retomar los eventos culturales, carreras ciclistas, exposiciones artísticas, que se realizaron para los 100 años del campo santo, pero eso quizá se dé en el aniversario 135, dijo.
A MANERA DE ANÉCDOTA
"Siempre me han preguntado si me han espantado; solamente una ocasión, allá por 1990, cerca de las 11 de la noche mi padre estaba aquí en el panteón para entregar el cuerpo de un muchacho que habían atropellado cerca de Chilac, pero tenía una gripe muy fuerte, entonces me habló y me dijo que viniera a suplirlo; estando en el panteón le dijo a Don Ruperto quien estuvo más de 35 años haciendo las necropsias, que cerrará el anfiteatro y el dijo que sí, pero solo que saliera la señora que había entrado a poner una veladora; esperaron 10 minutos, pero nunca salió nadie, Don Ruperto nos aseguró que había entrado una mujer vestida de blanco quien pedido permiso para poner una veladora, porque era su hijo el que estaba en el anfiteatro", contó Joel Morales Aranda.
Así, hasta en la muerte, Tehuacaneros buscaron celebrar desde su patria chica a su patria grande: "México", y ahora tienen un poco reconocido longevo de 134 años que resguarda a sus seres amados, y que esperan sea su último lugar de descanso en suelo mexicano.
