Este año aumentó de manera exponencial, el número de solicitudes de condición de refugio, hay 130 mil, casi 100 por ciento más que en 2019 y 200 por ciento más que en 2020, lo que pone a nuestro país en una especie de olla de presión, reconoció el representante de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Giovanni Lepri.
El funcionario dijo que México debe reforzar sus acciones para contar con un presupuesto suficiente para los trabajos que realizan instituciones como la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) o el Instituto Nacional de Migración (INM), así como programas con alternativas para los migrantes que deseen quedarse a vivir aquí, como ocurre con la comunidad haitiana.
Recientemente firmaron un convenio con la COMAR para apoyar con 230 plazas para nuevo personal que ayude a agilizar los tiempos de respuesta a los peticionarios de refugio, aunque estos apoyos económicos no serán permanentes.
"Las necesidades han crecido mucho más de cuánto haya crecido la capacidad de la COMAR, entonces para nosotros ahí hay dos puntos fundamentales: uno, la intención es seguir apoyando a la COMAR, pero nosotros tenemos financiación que depende de los apoyos voluntarios de gobiernos y de los privados. Además, como estamos hoy, la COMAR requiere más capacidad para responder a esta situación que se está enfrentando".
Respecto al tema de los migrantes haitianos que han demandado refugio en México, destacó la decisión del gobierno de autorizar su traslado fuera de Tapachula, Chiapas, hacia otras ciudades, lo que vino a abrir una válvula de escape a esa presión que se tenía. Sin embargo, las alternativas de trabajo deben cumplirse para esos grupos y para los que permanecen en la Ciudad de México para evitar que esos flujos lleguen a la frontera norte.
"Si las personas terminan yendo por el territorio sin tener apoyos como proyectos de integración o posibilidades de estabilizarse, el riesgo es que terminen todos en la frontera norte. De hecho, Mexicali y Tijuana nos están diciendo que los albergues están rebasados por la llegada de haitianos y entonces es un poco reactivo y ojalá- crucemos los dedos- que el efecto positivo de quitar un poco de presión a Tapachula no termine siendo un efecto negativo de vuelta para atrás.
"No la tiene para nada fácil, México no la tiene para nada fácil, pero hay que reconocer las decisiones que se han tomado en medio de un contexto complicado", señaló el representante de ACNUR.
Giovanni Lepri informó que hasta ahora han apoyado a 305 migrantes con traslado y capacitación para lograr emplearse en el estado de Coahuila, pero a partir de las gestiones que pudieran realizarse en entidades como Jalisco, Aguascalientes, Nuevo León, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí y Guanajuato, habría más de 100 mil empleos disponibles para estos migrantes que por alguna razón abandonaron su tierra de origen en Centroamérica.
Explicó que el programa piloto que propuso el pasado 17 de diciembre la ACNUR en conjunto con la Organización Internacional para las Migraciones al Gobierno de México, a través de la Comisión Intersecretarial de Atención Integral en Materia Migratoria, tiene como primera fase que algunas familias haitianas que no han solicitado asilo formen parte del Programa de Integración Local de ACNUR, vigente desde 2016, para que sean reubicadas en ciudades del centro y norte del país donde tienen mejores oportunidades de acceso al mercado laboral, a la vivienda, a la salud y a la educación.