"Las mujeres, también aquí en esta área son invisibles, pero si las hay, si están y estamos presentes", afirmó con vigor Margarita León Martínez, Mujer de Miel en Tlacuitlapan.
Las mujeres de miel en Tlacuitlapan, Tlacotepec de Benito Juárez, desde hace décadas están luchando por su reconocimiento como elementos importantes para la apicultura en esa región; actualmente entre 30 y 50 maestras apícolas apoyan en la revisión de colmenas, cosecha de miel, en la reubicación de los apiarios, es decir, desempeñan actividades vitales dentro de la cadena de producción.
"En el caso de las mujeres nuestra labor es más complicada, por la educación que recibimos que nos dice que nos dediquemos a la casa, pero aún así hay varias mujeres en Tlacuitlapa que se dedican a la apicultura", opinó Margarita mujer apícola.
Al ser una labor demandante, las mujeres que apenas inician en la apicultura, en edades adultas o con una condición médica, suelen enfocarse a la búsqueda y relaciones con proveedores de medicamentos, vitaminas, desparasitantes, alimentos; además de proveer el equipo y herramientas de protección, tal es el caso de los ahumadores, los velos para la cabeza, pero que al no producirse en la región, optan por confeccionar con sus propias manos los equipos.
Y quienes apenas comienzan en la actividad apícola, pequeños productores, se protegen con lo que tienen a la mano: pantalones y camisas gruesas de colores claros y texturas no porosas para no atraer a las abejas, y con calzados cerrados
"Colaboradora dentro de la apicultura, mi trabajo es en las temporadas de cosechas, de apoyarlos para la extracción de la miel, buscar herramientas necesarias, herramientas apícolas como los velos, los ahumadores, guantes, los overoles". añadió Margarita.
Mujeres que se apoyan de familiares o subcontratan para atender sus apiarios; quienes consideran que la capacitación constante sería una ventana de oportunidad, puesto que el único subproducto que aprovechan tras la recolección de miel, es la cera para la fabricación de velas buscadas únicamente para los altares, en la celebración a los "fieles difuntos".
Producción que también está sujeta a la calidad de la temporada, que de ser buena podrán transformar en velas, entre 20 y 30 kilogramos de cera; pero también condicionadas por el regateo.
"A nosotros nos sería muy útil que se nos capacitará para hacer otros derivados de la miel, como los jabones, los shampoo, los dulces; ya que los precios de la miel son muy bajos, entonces sería otra forma de impulsar la economía de los apicultores", expresó Margarita.
"En el caso de las mujeres, creo que les convendría crear un sitio web o en las etiquetas poner un código QR con una receta para preparar algo con la miel, o preparar algún dulce o snack", indicó el Doctor Miguel Mascarua, Especialista en economía y Desarrollo de Proyectos.
Las apicultoras deben aprovechar subproductos y exportarlos, añadiendo breves descripciones del lugar y del proceso de elaboración, resaltando que se trata de una producción de mujeres; incluso incursionar en cosméticos, pero para ello urgen de capacitaciones constantes, coincidieron economistas y desarrolladores de proyectos.
"Hay otros sectores que no hemos explorado, particularmente los dulces, snacks, que si los productores intentan conocer o generar dulces que se hagan con miel, pueden tener muchas ganancias y sobre todo poner en un buen lugar a este tipo de actividades que son muy importantes porque con las abejas hay muchas cadenas naturales que se relacionan", abundó el Doctor Mascarua.
Además que la miel no caduca, y que la Secretaría de Desarrollo Rural tiene programas que fomentan las producciones sostenibles, que de tratarse de comunidades indígenas donde se de la apicultura, el INPI tiene proyectos o ventanillas para impulsar a los productores, se necesita de interés y de voluntad política, de la federación, los estados y municipios, de las autoridades.