Niños de segundo de primaria con “criadero escolar” recuperan caracoles

En el segundo grado grupo "A" de la escuela Primaria Benito Juárez, ubicada en la junta auxiliar de San Lorenzo Teotipilco, en Tehuacán; 32 pequeños junto con su maestra y padres de familia respondieron con "El reino de los Caracoles" un criadero escolar y familiar, a la drástica disminución de las poblaciones de estos moluscos gasterópodos, los cuales en su momento llevaron a su comunidad al reconocimiento nacional e internacional por la preparación de platillos a partir de ellos.

"He aprendido que los caracoles se reproducen en tiempos de lluvia, son hermafroditas, significa que son hembras o machos; son un molusco de cuerpo blando y no tienen huesos, comen plantas, lechuga, pepino, zanahoria y tortilla", explicó Romina Romero Vázquez, alumna del segundo grado de educación primaria en la escuela Benito Juárez.

"Romina tiene 6 caracoles bajo su cuidado, y pretende que se reproduzcan de manera intensiva, para su preservación"

Pequeños y padres de familia con el arranque del 2025, pusieron manos en las macetas, jardines, jardineras, campos abiertos, cultivos, para la recolección de los moluscos de cuerpo blando.

"Nosotros como padres de familia estamos apoyando a los niños a conseguir los caracoles desde casa, pequeños caracolitos que se encuentren en el jardín y los instalamos en un hábitat apropiado para ellos; los niños se encargan de su alimentación, de su cuidado, para que aprendan el valor y la importancia de la vida", resaltó el Ingeniero Julio Alejandro Bello Fuentes, Padre de Familia.

Considerando que en algunos casos los escurridizos animales terminaron por escaparse: mientras que a algunas familias les llevó tres días recolectar 2 o 5 caracoles, una madre de familia logró reunir en siete días (ya que generalmente salen por las noches), 90 ejemplares, los cuales fueron repartidos entre el criadero del salón de clases, el de su hogar y con algunos pequeños.

"Involucra desde la elaboración del criadero, hasta una investigación, de hecho pasaron a exponer sobre qué características tienen los caracoles; nuestros niños están aprendiendo bastantes cosas, que la baba del caracol es curativa, la manera en que se reproducen porque son hermafroditas; ellos están fascinados", resaltó Merialis Rodríguez Cruz, Madre de Familia.

Para principios de febrero de este año, tan solo en el "criadero escolar", los pequeños tenían un promedio de 30 caracoles y esperaban nacimientos pronto; independiente a los criaderos familiares, donde el más pequeño resguardaba entre 2 y 3 moluscos.

"Lo que más me gusta de nuestro proyecto es conocer a los caracoles, como son, te desestresa agarrarlos, son lindos y cariñosos", compartió Elizabeth Scarlett Campos Merino, alumna del segundo Grado de Primaria.

"Elizabeth recolectó 14 caracoles y prevé seguir cuidando de ellos para ayudar a tratar quemaduras y heridas con las secreciones (moco/baba) de caracol"

"Tenemos el criadero de caracoles, que es responsabilidad de todos los niños, a diario les ofrecen alimentos, como pepino, alfalfa, algunas frutas; aprendieron ellos, que la humedad es un factor sumamente importante; tenemos a un niño que se encarga de llenar el atomizador e ir humedeciendo su criadero", dijo Nayeli Leyva Torres, Profesora de segundo grado grupo "A" en la Escuela Primaria Benito Juárez.

"Nos une más el estar trabajando con los niños, personalmente con mi niño veo que se integra y le da curiosidad aprender por qué son así, qué comen, por qué duermen, el por qué se enroscan", añadió Julio Alejandro Bello Fuentes.

"Ellos tienen esas ganas de seguir cuidando a sus caracoles, de seguir desarrollando el proyecto; y me parece que es una manera muy práctica para que los niños aprendan, y que no les aburran las actividades", consideró la madre de familia Merialis Rodríguez Cruz.

Los pequeños científicos a través de la investigación y de la experimentación al día de hoy identifican plenamente cuál es el hábitat propicia para la vida de los caracoles, su función dentro de los ecosistemas, la importancia a nivel cultural que tienen en su comunidad y el aprovechamiento que el ser humano puede hacer: desde la ingesta hasta para fines medicinales y cosméticos.