"Cuando entramos a audiencia al ver al niño, y escuchar lo que había pasado, porque no sabía lo que había pasado, yo ya no quiero que la gente, (les agradezco el apoyo), pero ya no quiero tomar nada en contra del niño, porque es un niño", fue la petición de una madre tras la muerte de su hijo a la hora de salida y frente a la Telesecundaria donde estudiaba.
Casos como el de los adolescentes de la Telesecundaria Manuel de Mier y Terán en Tehuacán, urgen de retomar temas como la inteligencia emocional, manejo de las emociones, generación de espacios de diálogo, incluso desde los reglamentos escolares, enfatizando en la prevención y no en la "reacción" cuando los daños o afectaciones rebasen. Pero también abre la idea de diagnósticos tempranos de problemas psicológicos.
"El hecho que sea un menor de edad no exime la completa responsabilidad, por ello se tiene que indagar bien el contexto y ver lo que pasó, pero como sociedad en general si se dan ese tipo de hechos nos pone un un mal lugar de que no estamos haciendo lo correcto en el tiempo que se debería", opinó el doctor Miguel de Jesús Correa Salgado, Especialista en Psiquiatría.
"Este tipo de comportamientos que se desencadenaron en una muerte lamentable, se pueden prevenir a partir de este ejercicio de la cultura de la paz y de la no violencia", consideró Enrique Montalvo Hernández, Especialista en Educación, en política y en juventudes por la pacificación.
Si bien la sociedad debe involucrarse en la prevención de conductas violentas o de riesgo tanto en menores como en adultos; la intervención tras el deceso del adolescente a la salida de la telesecundaria, a la interdisciplinariedad, a mesas de trabajo con seguridad pública, áreas gubernamentales de educación, atención a víctimas del delito, prevención del delito, departamentos psicopedagógicos, de fomento a la cultura, las artes, el deporte, los institutos de prevención y atención de adicciones, de la juventud, de la familia, tan solo a nivel local.
"El cuidado afuera de las escuelas, con un patrullaje con un protocolo de seguridad pública, una comisión encargada, quizá incluyendo a la ciudadanía es necesario, dado los hechos lamentables que nos encontramos", profundizó Montalvo Hernández.
"Como mi hijo me enseñó a no guardar rencor, no ser rencorosa, no quiero tomar represalias hacía nadie. Aunque yo dijera si, si quiero justicia, nadie me va a devolver a mi niño", añadió la madre del menor.
Así también es necesario que las autoridades brinden seguimiento y asistencia psicológica no solo para el segundo menor involucrado, sino para las familias de ambos adolescentes, incluso para sus compañeros de salón de clases y de todo el plantel. Con la finalidad de prevenir, y dar a conocer estrategias efectivas para la sana convivencia, de responsabilidad social y de acompañamiento ante escenarios como este.
"Podríamos hacer encuestas de tamizaje hacía los padres y ver si alguna de ellas saliera positiva, con base en ello canalizar a los servicios de salud mental, eso podría ser una buena estrategia", finalizó el Psiquiatra Correa Salgado.
La canalización a servicios de salud mental mediante pruebas psicológicas y/o psiquiátricas debe convertirse en una realidad en las escuelas, desde públicas hasta privadas, ya que además de implicar un protocolo de detección, atención y prevención temprana, incluso de comportamientos agresivos-violentos; ayudaría a que a nivel social se comience a derribar los estigmas y prejuicios sobre la psiquiatría, la salud mental- emocional.