Una vez que concluyó la recepción de la primavera con el desfile de preescolares, que si bien se trata de una actividad que les permite a los menores socializar, desestresarse y comprender el cuidado de la biodiversidad, así como del medio ambiente; padres de familia compartieron que a ellos les implica gastos que pueden superar los mil pesos.
Mediante un sondeo ciudadano destacaron que para ellos los gastos comienzan desde las aulas, ya que cada estación del año o celebración en particular como: "El mes patrio", "Día de Muertos", "Navidad", "Día de la Bandera", "Día del Niño", por mencionar algunas, es usual que en las instituciones educativas y más en los preescolares los docentes les soliciten colaborar para la decoración de los salones.
"Generalmente nos piden, por ejemplo para ahorita la primavera: flores de papel, figuras de fomi de animales, del agua, nubes, paisajes, flores y plantas artificiales" comentó Paulina Vázquez, madre de familia, artículos en los que se llegan a gastar más de 150 pesos.
Mientras que si su hijo o hija son seleccionados dentro de los contingentes que participan en el desfile de primavera, y dependiendo de la temática elegida por los salones de clases, tienen que invertir de 300 o hasta más de mil pesos en calzado, disfraces, ropa de colores o estampados específicos, accesorios, objetos y/o artículos de decoración, y hasta en los carros alegóricos o de sonido.
"Dependiendo, a mi niña le pidieron que viniera disfrazada, entonces se tiene que comprar el disfraz, los zapatos, el paraguas que le pidieron y decorarlo, cooperar para el carro de sonido, llevarle materiales a la maestra para los otros adornos; pero hay otros niños que les pidieron llevar un carrito decorado y si no lo tienen se les complica más. Yo creo que sí se gasta uno entre 800 y hasta mil pesos, porque también vas a buscar cosas no tan caras pero sí resistentes", dijo Edna Barrera, madre de familia.
Pese a ello coincidieron en que se trata de una actividad en la que los menores solo participan una vez, por lo que les implica una experiencia y a las familias un recuerdo de sus primeras formas de socialización e integración a eventos educativos y sociales; por lo que sí tienen disposición de correr con los gastos.