Si bien la venta y consumo de carne disminuye hasta un 60 % en los días que la tradición de "cuaresma" marca para los creyentes católicos el abstenerse de consumir dicho producto, en el miércoles de ceniza y el viernes santo, la crisis para el gremio de tablajeros en Tehuacán la vienen arrastrando desde antes de la pandemia.
La disminución en el consumo de carne durante la cuaresma provoca que algunas carnicerías, principalmente pequeños negocios o los que se encuentran en la periferia, durante la temporada cierran sus cortinas ya que "sus ventas caen todavía más", indicó Willebaldo Zepeda, representante de la Asociación de Tablajeros de Tehuacán.
Abundó que debido a la crisis económica, "la cuesta de enero" y la inflación no han logrado recuperar sus ventas, puesto que el déficit lo vienen arrastrando desde hace varios año y la pandemia por Covid-19 vino a agravar su condición, así de las más de 200 carnicerías que hay en Tehuacán, al menos el 15 % han cerrado temporal o definitivamente, una vez que dejaron de ser rentables.
Y es que los insumos para la elaboración del alimento, como soya, maíz, minerales y las vacunas han subido un 80 % o duplicado su precio; así también existe un encarecimiento en la renta de locales, pagos de luz, entre otros servicios básicos, de personas e impuestos a Hacienda.
Además que a raíz de que la federación abrió la frontera para la introducción de carne no solo proveniente de Estados Unidos, sino también de Argentina, Guatemala y todo Centroamérica, ha afectado a la producción del ganado y el consumo de la carne nacional, y de dicha carne congelada también hay presencia en supermercados de Tehuacán, dijo.
Añadió que es complicado para el gremio competir con los precios de la carne congelada, por el encarecimiento de los insumos para la producción de ganado de sacrificio. "Recordarle a la gente que es importante consumir carne fresca, la cual se expende en los mercados y no la carne que tiene meses congelada", finalizó.