Agua salada que cubría las montañas en Zapotitlán, es lo que dio vida a una actividad que ha sobrevivido tras miles años, heredada de generación en generación; en la falda del "cerro que llora", Miahuatepec, se encuentra el paraje de "Las Grandes" cuna del "oro blanco", sal con propiedades minerales e incluso curativas que se elabora con un proceso artesanal.
Luego que el agua salada se fugara para las costas, la sal y minerales se quedaron impregnados en las rocas y en la tierra, cuando llueve esa sal escurre a los 60 norias (pozos) que alimentan las salinas. Fue hace miles de años que olmecas identificaron que el agua se cristalizaba en el cerro con el sol y aire, dando inicio a la producción de sal, pero fue hasta los tiempos de la conquista que recibe el nombre de oro blanco al ser la producción más codiciada por los españoles.
Agua salada, rayos del sol y aire, son los elementos que en las piletas de 20 centímetros de profundidad, forman la sal en un proceso artesanal de 6 pasos para la sal fina y 8 para la sal de grano, que requiere de 2 meses entre evaporación y cristalización, jornadas laborales diarias con el sol, que van de las 10 a.m a 5 p.m.
Pasos para elaboración artesanal de sal
Aunque la producción de sal, llega a variar por salinero dependiendo del tamaño de las salinas, la disposición de agua, la cantidad de pozos, un productor llega a obtener hasta 50 cargas de sal, en tanto que entre la cooperativa al año se obtienen de 20 a 30 toneladas, pero el precio en la región es castigado, pagándolo a solo 10 pesos el litro.
La sal de Zapotitlán se comercializa en Ajalpan, Tehuacán, Chazumba, sin embargo buscando que el producto sea valorado, desde hace 3 años se formó una cooperativa donde se integraron 19 de los 80 productores, levantando una centro de acopio para la venta del "oro blanco", ubicado a orilla de la carretera Tehuacán-Huajuapan, en el paraje las Grandes, armando un producto con estándares de calidad a fin de mejorar su precio, generar más empleos y conservar la actividad.
Con ello, también se abren las puertas a la gente para que no solo consuma la sal de Zapotitlán, sino que sea parte de una ruta turística donde conozca la historia, el proceso, se lleve una experiencia, un recorrido por las salinas, que interactúen con los productores, conozcan la capilla enterrada que es parte de la historia de la sal, las leyendas del paraje y le dé el valor a la sal.
La sal de Zapotitlán tienen diferentes usos, desde la cocina en caso de la sal fina, la sal de ganado para desparasitar, sales relajantes, medicinal para resfriados, aromatizante, entre otros, producto milenario que debe conservarse.