Sin viviendas, drogas, violencia, migración tras relleno ¿En la calle?

En 2020 de los 35.2 millones de viviendas habitadas en México 5.8 millones eran rentadas, el 51.4% de quienes vivían así era por no tener acceso a créditos o por no tener recursos; en Puebla el 60% de quienes rentaban también lo hicieron por esas mismas razones. Los habitantes de 31.1 millones de viviendas particulares tuvieron dificultades para cubrir sus compromisos de pago de los impactos económicos que provocó la pandemia de Covid-19. Para 2022 el 24.3% de las 36.97 millones de viviendas en el país, estaban consideradas con rezago habitacional ampliado (por hacinamiento, por estas construidas con materiales precarios o por no tener excusados), ¿Esto pudo haber contribuido al incremento de la indigencia en nuestro país? 

"El crecimiento de la población en situación de calle, ha crecido en el mundo a partir de la crisis global de 2008, que generó una serie de crisis global, hubo empresas que terminaron, muchos cierres, la situación del desempleo y obligó a muchos gobiernos a tomar decisiones de políticas de austeridad", consideró el Profesor Investigador de la BUAP de la Facultad de Ciencias Sociales en el área de Sociología, Jorge Alberto Calles Santillana.

Para 2022 36 de cada 100 personas en México presentaban al menos una privación en sus derechos sociales, con un ingreso mensual por persona insuficiente para adquirir una canasta alimentaria, bienes, servicios; la pobreza extrema pasó de 8.7 a 9.1 millones de personas entre 2018 y 2022; hasta ese año 43 de cada 100 personas no contaban con los recursos monetarios suficientes para adquirir bienes y servicios para la satisfacción de necesidades.

De acuerdo a datos extraídos del reporte "Desde una mirada ciudadana, segundo año de gobierno en los 10 municipios más poblados de Puebla" del IGAVIM, en 2021 en Tehuacán había 181 mil 571 personas en pobreza moderada y 23 mil 453 en pobreza extrema, además 49 mil 871 habitantes presentaban carencias respecto a la calidad y espacios en su vivienda y 55 mil 995 carencias por servicios básicos en sus casas.

"Muchos de ellos ante la necesidad de sobrevivir, desarrollan algunas actitudes criminales, muchos de ellos han caído en drogas, cometen crímenes; esto implica, por un lado, tener un cerco de seguridad más fuerte alrededor de estas poblaciones, pero de la mano de esto, los gobiernos estatales y municipales tendrían que pensar en desarrollar una red amplia de albergues para estas personas", enfatizó el Profesor Investigado Santillana.

Para sociólogos y activistas por los derechos de los grupos vulnerables, además del factor económico, la carencia de vivienda, la violencia familiar, abusos sexuales, son las adicciones, otros factores que han incrementado el número de personas en situación de calle; se trata entonces de un nuevo fenómeno que crece cada vez más, por la falta de atención por parte de los gobiernos a través de políticas públicas para la creación de empleos, de políticas de vivienda, así como de centros de atención integral donde además de recibir asilo, les hagan un dictamen ya que es también un problema de salud pública, ¿Será porque resulta más complejo justificar el uso de recursos públicos para su debida atención?

Autoridades convergen con especialistas que en la ciudad y periferia de Tehuacán el incremento del problema, fue además una cuestión "migratoria", pues tras el cierre del relleno sanitario en Coapan (octubre de 2021), las personas que ejercieron allí el oficio de "pepenado" y donde también vivían, tuvieron que buscar nuevos sitios, ya que para quienes actualmente se encuentran en situación de calle, después de la caridad, es el "pepenado de basura" para su reciclaje y venta, su segunda causa de ingresos.

"Tenemos que ver el oficio del pepenador con perspectiva de derechos humanos y de género, porque cuántas mujeres vemos que están pepenando en la calle, ellas tienen niños, entonces encontramos dos grupos vulnerables. A esas mujeres las encontramos en situación de calle porque no les alcanza, o comen o pagan una vivienda, o comen o visten y calzan; ellas todo lo agarran de allí, la ropa, calzado, alimento, incluso hasta juguetes", expuso Dulce Belem Zavala, Representante de IncluyeTEH y activista.

Mientras que la comunidad tiende a criminalizar a las personas que quedan fuera de las estructuras sociales, las personas en situación de calle comienzan a integrarse en grupos o pequeñas aldeas, así nacen "las comunidades errantes", el fenómeno social crece y termina convirtiéndose en posibles focos de inseguridad para el resto de la población.