Hace 4 años con 8 meses, Tehuacán recibía con aplausos a la primer mujer presidenta, Ernestina Fernández Méndez, siendo una madre de casa que sin pensarlo, se convirtió en candidato al no poder hacerlo su esposo, el señor Álvaro Alatriste Hidalgo, obteniendo 34 mil 797 votos los cuales le dieron la oportunidad de llevar las riendas de esta ciudad.
Durante poco tiempo la administración mostró la prioridad de su gobierno, atender los sectores marginados, llevando servicios y obras de pavimentación a quienes por años no habían sido escuchados, sin embargo, eso llevó a que las autoridades desatendieron otras necesidades de la ciudad.
Los problemas internos entre servidores siempre fueron visibles, llevando que se realizarán cambios constantes en las diferentes áreas siendo la administración que más directores circularon por el Cereso, el Dif, el Ooselite, Oosapat, compras y demás áreas, así como una de las más importantes, seguridad pública.
Durante este periodo de gobierno, la edil se enfrentó a problemas internos, el cambio de comisión de un regidor de obras, problemas con los directores de los organismos descentralizados, así como el problema que mantuvo durante toda la administración, una disputa entre ayuntamiento y sindicato que nunca pudo solucionarse.
Tal como lo ha reconocido la misma presidenta, la pelea más fuerte siempre se tuvo con el estado, siendo esta mala relación la que vino a perjudicar a la ciudadanía, un gobernador soberbio que puso por encima de las necesidades del municipio, su interés político, negándole la oportunidad a Tehuacán de crecer económicamente.
La fe y la esperanza se perdieron para muchos ciudadanos, que no se sintieron escuchados y que incluso se sintieron agredidos por la administración, comerciantes que eran el brazo político más fuerte, se convirtió en sus peores enemigos, empresarios dieron la espalda a quien nunca los tomó en cuenta y sectores sociales simplemente se hicieron a un lado
Pero a pesar de los obstáculos, siempre vimos a una mujer que no se doblego, que sus palabras en una voz temblorosa y nervios, se convirtió en una voz, enérgica, de reclamo y que con seguridad defendió lo que para ella fue correcto para Tehuacán, ganándose el afecto personal de mujeres, abuelitos y de quienes se beneficiaron de obra gratuita y de programas federales.
Hoy termina un periodo de gobierno, termina un mandato de 4 años 8 meses y dará inicio a otra etapa de la historia de Tehuacán, una historia que se ha comenzado a escribir con promesas, con compromisos y con la expectativa de un cambio nacional, el cual también será señalado, criticado y reconocido si se hace el trabajo, que tanto necesita la ciudad.