La intervención del Ejército Mexicano en la construcción de obra pública apegados al Plan Nacional de Infraestructura de la 4T, ha representado un duro golpe, que sumado a la pandemia de COVID-19, han incrementado la caída del sector de la construcción en México en la actualidad.
"Esto no debería ser, porque ningún ejército en el mundo está diseñado para hacer construcciones y menos obras civiles, y eso trae algunas consecuencias que no son buenas para la economía del país". - Francisco Solares, Presidente nacional de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción.
Sin embargo, de acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en su comparación anual, en julio del 2022, el valor de producción de las empresas constructoras creció 2.3%. Pero pongámoslo en términos sencillos, la entrada del ejército como ejecutor de obra trae consigo un impacto poco positivo en términos de finanzas, así lo ven los constructores.
"El ejército no genera el pago de impuestos, impuestos sobre la renta, no hay IVA, porque construyen directamente y están desplazando a muchas empresas, empresas micro constructoras, que las empresas somos los que generamos los empleos, los que pagamos los impuestos que permiten al gobierno gobernar".
Del sector de la construcción dependen 50 ramas económicas, aunque su tasa mensual en valor de producción al corte de julio disminuyó 0.2%, y el personal ocupado subió 1.3%,pero las estadísticas reflejan que quienes sí han sido beneficiados son los trabajadores con un descenso de horas laboradas al 0.3%.
"El presidente de la república tiene sus razones y las respetamos, pero consideramos que por muchas razones los constructores del país podemos y debemos seguir construyendo la infraestructura de México".
ALBERTO CARDONA, MEGANOTICIAS.