Baterías de litio en vehículos ¿peligro para la salud?
Hace ya algunos años que los estudios demostraron que vivir cerca de las líneas de alta tensión no afecta negativamente a la salud, o al menos no había una relación causa-efecto demostrada. Pero, ¿qué hay de estar sentado en un automóvil rodeado de cables de alto voltaje, sobre una gran batería de litio y al lado de un potente motor eléctrico? ¿Podría tener efectos negativos en la salud de sus ocupantes?
"Todos usamos un celular, es raro quien no tenga un celular, la recomendación para que tu pongas a cargar tu celular en la noche es de una distancia o lo dejan en reposo a una distancia no menor de 4 metros de la persona, porque las baterías de litio pueden explotar generan una radiación" Carlos Ríos Amezcua, Mantenimiento de vehículos automotores y ambientalista
El litio puede causar efectos secundarios en el cuerpo, como trastornos del movimiento, problemas renales, y alteraciones tiroideas. En casos de sobredosis, puede provocar confusión, convulsiones, coma e hipotensión.
"Imaginate un celular de ese tamaño que tu vas sentado ahí, si te dicen que el aparatito te puede generar daño no quiero suponer lo que le están pasando a tus células cuando estas sentado sobre una plancha de esas" Carlos Ríos Amezcua, Mantenimiento de vehículos automotores y ambientalista
La Electro Movilidad Asociación (EMA) reportó que en 2024 se comercializaron 69,713 autos eléctricos en México, lo que representa un aumento del 83.8% en comparación con el año anterior.
"Mientras la economía y el desarrollo sean los ejes de la humanidad, dejan por detrás valores primordiales como es la calidad de vida, en el bienestar de las personas, la salud" Carlos Ríos Amezcua, Mantenimiento de vehículos automotores y ambientalista
Aunque los vehículos eléctricos ofrecen beneficios ambientales, los posibles riesgos para la salud asociados con sus baterías de litio no deben ser ignorados. La radiación electromagnética y la exposición a compuestos químicos pueden afectar a los ocupantes, aunque los estudios sobre estos efectos aún son limitados. Es fundamental seguir investigando para evaluar los riesgos a largo plazo y garantizar que los avances tecnológicos no perjudiquen la salud pública.
