La historia de Christian en la Cruz Roja mexicana inició hace 16 años, cuando por una tarea de la preparatoria decidió entrar como voluntario a la institución dónde encontró su vocación, el de ser enfermero. Christian asegura que lo más doloroso, aun con 16 años de pertenecer a la cruz roja es no poder salvar una vida. "Por ejemplo me tocó hace años un servicio que tenía 16 años que no veía a su mamá viene y desafortunadamente la mamá fallece y no se alcanzaron a ver", narró.
La solicitud de Christian hacia la población en general es comprensión, pues contrario a lo que mucha gente cree y expresa, la mayoría hace esto por amor a su trabajo, se enfrentan a la apatía y falta de cultura vial de los conductores, situaciones que muchas veces los retrasa para dar respuesta a un llamado de emergencia. "Que nos comprendan porque hay muchísimas llamadas de falsas alarmas, de 100 llamadas, que recibimos al día, 98 son de falsas alarmas que ocupan el tiempo de la ambulancia. Lo lleno de los hospitales también retrasa porque no hay camillas y estamos 40 hasta una hora esperando que nos den una camilla en un hospital para poder dejar el paciente". agregó.
Christian, afirma que ha tenido que sacrificar tiempo con su familia. Pero agradece tener una esposa comprensiva que lo apoya para que a su vez él ayude a otros.