Entre los manifestantes del CAED nos encontramos con la señora Alicia Tamayo, quien desde hace vario tiempo lleva a su hijo de 18 años, Marco Antonio a esta institución educativa, para ellos se ha convertido en la única forma para que su hijo estudie, pues luego de pasar años por el sistema regular de educación, por fin su hijo está aprendiendo. En las escuelas a las que asistió los docentes señalaban que no podían dedicarle todo el tiempo a Marco y desatender al resto de los alumnos: Ahora Marco ya sabe leer, escribir, hacer operaciones básicas, "Las escuelas regulares no están capacitados algunos maestros para atender a estos tipo de jóvenes, sin embargo en CAED, los maestros tienen esa capacidad y sobre todo tienen el don y el gusto de hacer su trabajo porque lo han demostrado, mi hijo se ha desarrollado muy bien en la escuela de acuerdo a su capacidad le han apoyado mucho los maestros y sobre todo que él se siente a gusto, se siente integrado, se siente apoyado", señaló la señora Alicia.
Por otra parte, Ernesto tiene 3 años asistiendo al CAED, el sufre de una afección en la pierna izquierda así como de epilepsia, ambas situaciones que le han impedido trabajar y estudiar. Sin embargo es esta institución encontró a profesores que se adaptan a su ritmo de aprendizaje ya sus necesidades, a él le parece muy importante que así como se le apoya, también se haga con sus compañeros que sufren de una discapacidad visual o auditiva. Ernesto observa que los exámenes que les aplican a ellos para acreditar sus estudios, son iguales que los que se aplican a cualquier alumno del sistema abierto de educación. "Yo he sacado todas mis materias, desde un principio, he ido muy rápido a lo que mis compañeros van, mis compañeros a veces van a un ritmo que a ellos les permite. Aunque llevo una calificación muy baja a veces, voy a ir sacandolas y voy a ir sacandolas como a mi me lo permiten".
Para los 115 estudiantes de CAED, esta ha sido la respuesta que esperaban a todos sus años de dificultades en el sistema de enseñanza tradicional, para muchos es la única forma en que pueden acceder a una educación y sentirse integrados, por lo que el cierre del plantel, significaría volver al olvido y al abandono social.