Derivado de la denuncia que hicieron pobladores de las Islitas sobre el actuar de inspectores de COESPRISNAY por la comercialización de ostión durante la temporada de veda, nos pusimos en contacto con el denunciante Ángel Alberto Arredondo para conocer la situación que viven tras el cierre comercial. El restaurantero afirmó que su familia pudo subsistir gracias a la venta de comida a domicilio, pues aunque no recibían visitantes en su restaurante lograban hacer algunas ventas al día. También una parte de lo que obtenían pescando lo destinaban para el consumo de la familia o acudían al comedor comunitario que instaló gobierno del estado cuando definitivamente no había otra opción.
"Casi fueron 4 meses sin trabajar y lo peor de todo que nunca recibimos un apoyo por parte del gobierno. En mi familia somos pescadores y de la pesca nos mantuvimos y este también estuvimos vendiendo de la misma comida que vendemos en el restaurant, vendimos a domicilio".
Ahora se deben enfrentar a la baja cantidad de visitantes que llegan al puerto, ya que el turismo de la zona acude más por la oportunidad de meterse al mar, acción que continúa prohibida por las autoridades.
"Si llega gente pero como le comento no nos dejan trabajar bien por lo mismo, porque la gente quieren ir a bañarse pues y ahorita no están dejando bañar, o sea se mete la gente y llegan los policías y ya les llaman la atención y ya se salen y la gente se molesta pues, no están a gusto".
Finalmente Ángel señaló que adecuar sus comercios para recibir a los turistas bajo la nueva normalidad implicó la inversión de un recurso que no tenían, lo cual complicó más su situación financiera.