El desarrollo de una conducta atípica, o la modificación a la vida cotidiana en los menores de edad y jóvenes puede ser una clara muestra de que nuestro hijo o algún familiar está siendo víctima de acoso escolar, hoy también conocido como bullying.
El experto en psicología y desarrollo humano y acompañamiento de grupos, Orfil Eruviel Aguilar hace énfasis en detectar los elementos que exponen que un menor está siendo acosado: "Un elemento clave; más que ir a unas pautas específicas sería la invitación a estar observando la conducta cotidiana del menor, entonces la detección se da con base en algo que denominamos conductas atípicas".
El experto ejemplifica la oposición a asistir a la escuela cuando anteriormente no existía mayor problema, dicho factor diferencia entra la pereza de asistir a clases y el temor de acudir por ser víctima de algún tipo de violencia, ya sea física, verbal o psicológica.
Pero existen también otra serie de elementos que conllevan a una persona a practicar el abuso, en este sentido vivir en un entorno violento, ser observador de conductas agresivas, o simplemente el no contar con la atención de amigos o familiares, son algunos de los factores que llevan a un joven a niño a iniciar las prácticas de acosador escolar.
La comunicación continua entre padres e hijos, realizar actividades al aire libre, y desarrollar vínculos que desarrollen conductas sociales, cívicas y de cordialidad, tendrá un efecto reforzador benéfico para que quienes han sido víctimas de este fenómeno también conocido como Bullying, o quienes lo han practicado, eliminen de sus vidas el acoso escolar.
ALBERTO CARDONA, MEGANOTICIAS.