Si bien el que un árbol se caiga debido a los fuertes vientos que ocurren durante las lluvias, es algo que no se puede pronosticar con seguridad; la población puede estar alerta a las señales que el mismo árbol proporciona como señales de un mal estado.
El biólogo Marío Alberto Martínez, dice que la primera señal de alerta es la aparición de hongos en el tronco de los árboles, pues está infección lo carcome por dentro, haciéndolo proclive a caerse. La segunda alerta es la aparición de musgo en las ramas. El musgo es una planta parasitaria que va secando de a poco las ramas hasta que estás se caen.
Finalmente se deben revisar las ramas primarias y analizar si el peso los está venciendo, o en todo caso ver qué no estén secas.
Las especies con mayor riesgo de caerse son las benjaminas, eucaliptos, especies exóticas (que en su mayoría presentan desprendimiento de ramas) o aquellas no nativas de la región.