La familia de una menor de identidad reservada hizo pública la denuncia en contra de un sacerdote del municipio de Rosamorada, quien presuntamente abusó de ella. Según lo relatado por la misma niña su padre y su tía, los hechos ocurrieron hace más de un año, luego de confesarse con el padre, cuando se preparaba para recibir el sacramento de la confirmación. "El sacerdote del pueblo presunto agresor, utilizaré esta palabra por motivos legales, este presuntamente le hace comentarios inapropiados y se atreve a tocar sus partes íntimas. Mi sobrina, en estado de shock, sale de esa habitación y solo atina a sentarse en una banca", explicó Mariel Hernández, tía de la menor y quien divulgó el caso a través de sus redes sociales con el objetivo de poner en alerta a las familias de este municipio.
Luego de este acto, el sacerdote desacreditó a la niña públicamente exponiendo los secretos de confesión, por lo que la menor decidió ya no ir a la iglesia ni terminar su preparación. Fue luego de la insistencia de su padre, que ella reveló lo acontecido. Ante la noticia la familia acudió al ministerio público de Rosamorada este se negó a recibir la denuncia argumentando que el delito había prescrito, y que así se evitaría el desprestigio de la niña, además recomendó acudir con el Obispo, autoridad que dijo, sí podía ayudarlos. Pese a estas recomendaciones la familia insistió en poner la denuncia y hasta el 25 de noviembre, ningún avance había en la supuesta investigación. "Se le ha solicitado a mi hermano que por sus propios medios convenza y lleve él mismo a testigos y otras posibles víctimas a declarar, o sea la investigación para ellos consiste en que la víctima haga todo el procedimiento y ellos solo se encargan de realizar el papeleo", agregó.
La familia denuncia que nunca se les ofreció valoración ginecológica, ni apoyo psicológico; sino hasta dos semanas después y por solicitud expresa, sin embargo no hay documentación de dicha evaluación. La familia sabe que hay más víctimas que no se han atrevido a denunciar por temor a ser señalados por la comunidad y confirman que el Obispo de Tepic está enterado de la situación, sin embargo el sacerdote sigue en la parroquia. La familia señala no estar en contra de la iglesia pero sí exigen que autoridades eclesiásticas y civiles cumplan con su trabajo y que ayuden a cuidar a los más vulnerables.
Actualmente la menor ya está recibiendo atención psicológica, derechos humanos se contactó con la familia y recibe asesoría legal de la Asociación Civil Red Juana Violeta.