Ante el creciente número de incendios forestales, un nuevo estudio liderado por el Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA) insta a gestionar sus efectos de forma más justa e integrada en las sociedades.
En un artículo científico publicado en la revista Nature Climate Change, los expertos de IIASA, del Instituto Fraunhofer de Análisis de Tendencias Tecnológicas (INT) y del Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña (CTFC) destacan que muchos fuegos forestales se deben a los efectos del cambio climático, con el aumento de las temperaturas globales y las largas sequías.
Por eso, los científicos aseguran que es necesario abordar tres tipos de justicia a la hora de gestionar los riesgos de incendios: justicia distributiva, justicia procesal y justicia restaurativa.
"La justicia distributiva se centra en quién debe asumir los costes y beneficios de la gestión del riesgo de incendios forestales, la procesal analiza la selección de políticas para desarrollar la gestión del riesgo y la restaurativa aborda los mecanismos de restauración y compensación, incluido el seguro", explica el autor principal del artículo, Thomas Schinko, de IIASA.
"Es urgente poner en práctica enfoques integrados y justos para la gestión del riesgo de incendios forestales, pues las sociedades se enfrentan a un contexto de riesgo que ha cambiado totalmente", asegura, por su parte, Eduard Plana, el coautor español del estudio.
Además de subrayar la urgencia de poner en práctica enfoques adecuados, el experto español añade que, al mismo tiempo, se deben "aumentar las ambiciones de mitigación del cambio climático".
Esta urgencia ha surgido tras la distribución desigual del riesgo de incendios forestales que existe hoy debido a las vulnerabilidades sociales y desigualdades, incluida la de género, de edad, de origen étnico o de discapacidad.
Por ejemplo, los incendios forestales ocurridos en Australia entre 2019 y 2020 afectaron de alguna u otra manera al 80 % de la población del país, lo que causó desacuerdos políticos y sociales sobre quién debería tener acceso a fondos de reconstrucción y quién debería mudarse a zonas más seguras.
Estos desacuerdos reflejan las diferentes percepciones por parte de diferentes actores sobre lo que es justo en términos de resultados y procesos, destaca IIASA.
En ese sentido, Schinko y sus colegas relacionan una gestión más justa de los fuegos forestales con el concepto de la "transición justa" hacia una economía global más ecológica.
Este concepto ha cobrado fuerza en relación con el cumplimiento de los objetivos climáticos garantizando que todos -las comunidades, trabajadores y grupos sociales- participen en el giro hacia un futuro neto cero, sin dejar a nadie atrás, concluye IIASA.