"A mí ya no me da miedo porque he pasado muchas crecientes aquí. Esta fue la peor, esta, que Willa", son las palabras de Beatriz Medina, vecina de la Colonia Camichines de Tecuala y quien hace dos semanas nuevamente se vio sorprendida por la crecida del río Acaponeta. Sus palabras son motivadas porque en el último mes ha vivido dos inundaciones, y ya lo dijo, la peor fue la provocada por el huracán Pamela. Pese a que ella, sus dos hijos y esposo recibieron avisos por parte de las autoridades, decidieron no salir de su casa donde poco pudieron hacer para resguardar sus cosas. Estufa, camas y ropa terminaron alcanzadas por el agua que subió cerca de un metro al interior de su vivienda, lo que los obliga a dormir en los colchones todavía húmedos, pues pensar en dejar su casa no cruza por su mente. "Pues aquí mire poniéndole un montón de cosas a los colchones, -Nos dice que los dejó aquí -Sí aquí los dejé para que se estilaran para dormir Porque pues dónde vamos a dormir. ¿No los pudo rescatar? No es que cuando yo quise rescatar todo, nosotros ya teníamos el agua en el pie ya no pudimos nada. -¿Qué pasaría si duermes en el piso por ejemplo? -Nos pican las culebras, los alacranes", dice al mostrarnos uno de los cuartos de su vivienda, donde duermen.
Esta colonia ya fue censada por el gobierno federal y la señora Beatriz solo pidió colchones nuevos y ropa para sus hijos pues dice que si bien sus otros bienes se mojaron todavía funcionan y prefiere que ayuden a quienes realmente lo perdieron todo. El problema es que los apoyos, parece ser, no llegarán muy pronto. "Pues dijeron que dentro de dos meses -¿mucho tiempo?- Pues sí es mucho tiempo pero qué vamos hacer con el Gobierno no se puede. Pues mi señor empecé a trabajar apenas tiene 3 días trabajando con hoy pero no le pagan mucho 600 pues le pagan", agrega.
Por comida tampoco han batallado, dijo, pues el alcalde, la ciudadanía y gobierno federal han estado llevando despensas regularmente; sin embargo carecen del servicio de agua potable desde hace casi un mes debido al primer desbordamiento del río ocasionado por el huracán Nora.