A dos años del desbordamiento de la laguna de mora y un año de haber finalizado su reparación esta sigue siendo monitoreada por la CONAGUA para evitar un nuevo desastre que afecta a las decenas de familias que viven en la cercanía. La laguna de Mora se mantiene en el radar nacional como una laguna de riesgo debido a que la reparación, si bien se hizo con asesoría de los ingenieros de la CONAGUA, no siguió o existe un proyecto ejecutivo, ni existió fondeo para los trabajos que se realizaron en ella.
La falta de un proyecto ejecutivo y el contante cambio en esta dependencia dejó a las autoridades en incertidumbre, motivo por el que la CONAGUA sigue mandando a sus oficinas centrales relatorías sobre los hechos y mandando a un ingeniero para la vigilancia de la laguna y ver en qué condiciones se está operando y cómo se está comportando. Hasta el momento no hay reportes por parte del ingeniero encargado de que haya alguna anomalía o algún problema estructural.
Salvador Amaral, titular de CONAGUA en Nayarit, señaló que en los planes de la siembre de tilapia o la construcción de un malecón que se anunció por parte de otras autoridades y los mismos integrante de la asociación, no tienen injerencia. En lo que sí podrán ayudar es en proyectos para reforzar la estructura de la laguna, como darle una rehabilitación general, una revestida, mantenimiento y conservación, para que siga operando por muchos años en buenas condiciones.
La laguna de mora tiene una capacidad de 6 millones de metros cúbicos en su nivel máximo ordinario, nivel que no se ha rebasado gracias a la vigilancia y cooperación de la asociación que la opera, pero que el 27 de julio de 2017 dejó a varias familias sin ninguna pertenencia y a una sociedad temerosa de lo que el agua puede hacer.