El hábito de la lectura, esencial para el desarrollo humano e intelectual, está en declive entre niños y adolescentes, advierte Michel Desmurget, doctor en neurociencia y director de investigación en el Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica de Francia, en su obra Más libros y menos pantallas. Desmurget alerta sobre la "erosión del lenguaje" y la disminución de la complejidad en los textos debido a la menor lectura.
El experto destaca que en los últimos cincuenta años, el nivel de lectura de los jóvenes ha bajado drásticamente, afectando la calidad de los libros de texto y lecturas juveniles. La sociedad ha respondido reduciendo las expectativas escolares y la riqueza léxica, lo cual contradice la misión educativa.
Desmurget subraya el papel crucial de las familias en el desarrollo lingüístico de los niños y la responsabilidad de los gobiernos para promover la lectura. Las familias con más recursos comprenden los beneficios de la lectura, pero es necesario que todas tengan acceso a esta información para facilitar el hábito lector.
El autor señala que la inversión gubernamental en promover la lectura reduciría el abandono escolar, la repetición de curso y los problemas de atención, beneficiando así el rendimiento académico y el Producto Interno Bruto de un país.
Para revertir el declive de la lectura, Desmurget recomienda limitar el uso de pantallas desde temprana edad y fomentar la lectura desde los primeros meses de vida. También aboga por la lectura en papel, que mejora la memoria, la concentración y la comprensión.