Más allá de los retos que implicará seguir las disposiciones de sanidad y seguridad en las escuelas, la instalación de filtros y lograr los aprendizajes del alumnado, los docentes, padres de familia y alumnos y alumnas se enfrentarán a una serie de emociones durante el regreso a clases, y los más pequeños puede que sean los que sufran más. "El niño de preescolar está acostumbrado al abrazo, a estar cerca con su educadora, el desprenderse de su casa, venir a algo desconocido para él; la educadora tiene que ahora sí que echar mano de otras situaciones y que por situación de esta epidemia te está marcando que no se debe de hacer", explicó la directora de preescolar, Judith Ledón.
Un estudio realizado por la UNICEF entre niños y niñas de educación básica, señala que es necesaria la aplicación de un protocolo emocional, para evitar que el miedo interrumpa el aprendizaje. Pues se ha demostrado que el aislamiento aumentó la irritabilidad en los menores así como la dependencia a sus padres. "Estamos trabajando nosotros esa situación en nuestras reuniones semanales para que una vez que regresemos a clases ahora si que el niño se le brinde toda esa atención emocional", agregó.
Los expertos recomiendan implementar "aulas sensibles", crear espacios para manifestar y nombrar las emociones y aprender a manejarlas. Los docentes deben reconocer sus propias emociones, y sobre todo hacer ver a los niños y niñas que la escuela está feliz de que vuelvan a las aulas, para evitar la fobia social entre los menores. "Vamos a ver si hacemos un convenio entre salud y educación del estado para ver de qué manera se va a empezar a manejar tanto a los maestros como a los niños", reveló el Secretario de Salud, Raúl Santiago López, quien además aseguró que lo más apropiado será regresar a las aulas hasta el próximo ciclo escolar, siempre y cuando se cumplan las 3 "V" que mandata el gobierno federal para un regreso seguro.