La irrupción de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones ha revolucionado la forma en que nos relacionamos, trabajamos y accedemos a la información.
La masificación de dispositivos inteligentes y el internet de alta velocidad han transformado nuestras vidas de manera radical.
En México, las estadísticas del Instituto Federal de Telecomunicaciones, muestran que en el país la mayoría de los internautas se concentran en los grupos de edad más jóvenes, mientras que los adultos mayores presentan tasas de conectividad significativamente menores.
Según los datos, el 43% de los internautas mexicanos tienen entre 25 y 34 años, y el 34% entre 35 y 44 años. En contraste, solo el 11% tiene entre 45 y 55 años.
La situación en el Estado de México no es diferente.
Los datos revelan que de los más de 5 millones de hogares en la entidad, más de un millón no tiene este servicio. Además, el uso de internet se concentra en los jóvenes, con los grupos de 18 a 24 y 25 a 34 años siendo los que más horas dedican a navegar en la red.
Entre las principales consecuencias que trae consigo la brecha digital se encuentran:
Cerrar la brecha digital intergeneracional implica mucho más que enseñar a los adultos mayores a utilizar las redes sociales o a realizar videollamadas. Se trata de garantizar el acceso equitativo a las tecnologías digitales, promover la inclusión digital y fomentar el desarrollo de habilidades digitales en todas las edades.