Esas tierras que se ven a lo lejos, en este mes de junio deberían de verse verdes y llenas de maíz, pero no es así, lucen secas y sin vida.
Para los campesinos y agricultores de Jiquipilco la falta de lluvias ha dejado grandes pérdidas.
A lo largo del Estado de México miles de hectáreas se han quedado sin sembrar y otras tantas no dan lo que se esperaba en cuanto a su producción, tan solo en 2023 sólo se cosecharon 700 mil toneladas, cuando la producción normal es de más de un millón.
Este año se estima que la producción será mucho menor, lo cual amenaza la seguridad alimentaria de la entidad.
En Jiquipilco, un municipio que destaca por ser productor de maíz, se viven los estragos de la sequía, en gran medida el rendimiento y calidad de las cosechas se ha visto disminuido.
Los trabajadores que enfrentan los impactos negativos de las sequías han adoptado diversas estrategias para sobrevivir, como la resiembra e invertir en tecnología que diversifique las técnicas de producción agrícola y así les permita rescatar una mínima parte de las cosechas.
Las hectáreas de temporal son las más afectadas en comparación con aquellas que cuentan con sistema de riego, aun así la producción para este año se ha visto retrasada.
Hoy en día dedicarse al sector agrícola es caro y México seguirá enfrentando sequías a futuro, posiblemente más intensas y recurrentes. Esto pone en riesgo la capacidad de nuestro sector agrícola para sostenerse