ARTEA el antídoto contra la monotonía toluqueña
La frase es una sentencia: "En Toluca no hay nada por hacer". Una especie de verdad asumida, repetida con resignación. Pero si algo me obsesiona es desafiar lo establecido, y en mi empecinada misión de encontrarle alma a esta ciudad, me topé con Artea.
Pau, la mente maestra detrás de este espacio, lo describe como un santuario para la creatividad. Me lo dijo con esa certeza que tienen los que creen en lo que construyen.
Entré con escepticismo. Esperaba una casa de cultura acartonada, de esas que huelen a solemnidad y cartulina reciclada. Pero Artea me golpeó con una energía inesperada.
La música en vivo, te sacude el alma y te recuerda que sigues aquí, que sigues sintiendo. Y luego está el carajillo, ese elixir traicionero que te calienta el pecho con un abrazo de café y licor. Fue mi bautizo en la coffee party, un concepto enigmático que no sabía que necesitaba en mi vida.
Y como ya lo dijo Karl Lagerfeld, el mejor accesorio son unas buenas gafas, así que no pude resistirme a añadir unas nuevas a mi colección antes de salir.
Artea no es solo para los jóvenes, pero vibra con ellos. Es un espacio, donde la creatividad no necesita permisos ni justificaciones y la prueba perfecta de que la ciudad tiene alma, solo hay que saber dónde buscarla.
INSTAGRAM: @artea_oficial