El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, confirmó este jueves que está en conversaciones con Israel sobre un posible ataque a las instalaciones petroleras de Irán. Esta respuesta surge tras el lanzamiento, el martes, de aproximadamente 200 misiles por parte de Teherán sobre territorio israelí, un acto que ha elevado las tensiones en la región.
Durante un encuentro con la prensa en el jardín sur de la Casa Blanca, Biden abordó la situación antes de dirigirse a Florida y Georgia para inspeccionar los daños provocados por el huracán Helene. Al ser preguntado sobre si apoyaría un ataque israelí a Irán, el mandatario respondió: "Estamos discutiendo eso".
Biden también aclaró que Israel no tomará acciones de represalia de inmediato. Afirmó que Estados Unidos no "permite" que Israel actúe, sino que ofrece consejos a su aliado más cercano en Oriente Medio. "Nosotros no 'permitimos' nada a Israel. Aconsejamos a Israel. Y no va a pasar nada hoy", enfatizó.
Además, el presidente dejó en claro que no respaldará un ataque israelí contra las instalaciones nucleares de Irán en respuesta a los ataques recientes. Esta postura refleja un intento de evitar una escalada mayor de la violencia en la región, que ya se encuentra en una situación delicada.
Los ataques iraníes fueron los primeros desde abril, cuando Irán lanzó misiles y drones contra bases aéreas israelíes en el Negev, impactando también en los Altos del Golán. A pesar de la ofensiva, Israel, Estados Unidos y varios países árabes lograron interceptar la mayoría de los proyectiles.
La ofensiva del martes ocurre en un contexto de creciente tensión, después de que Israel anunciara el despliegue de tropas en el sur de Líbano para desmantelar infraestructuras del grupo chií Hizbolá. Esta medida sigue a más de una semana de intensos bombardeos israelíes en el sur y este del Líbano, que han dejado casi 2,000 muertos y forzado a más de un millón de personas a huir de sus hogares, según informes de las autoridades libanesas.
El conflicto en la región es complejo y multifacético, y el diálogo entre Estados Unidos e Israel es crucial para manejar la situación. Biden y su administración están bajo presión para asegurar la estabilidad en Oriente Medio mientras intentan contener las amenazas de Irán y otros grupos militantes.