En el Estado de México, el rugir de las motocicletas se ha vuelto cada vez más común. Durante los últimos 20 años, el parque vehicular de motos ha experimentado un crecimiento exponencial, pasando de 6 mil 122 unidades registradas en el INEGI en el año 2000 a más de 896 mil 696 para el 2022, lo que representa un incremento superior al 14 mil por ciento.
Este auge del motociclismo se debe a diversos factores, entre los que destacan el bajo costo de las motocicletas en comparación con los automóviles, el significativo ahorro de combustible que ofrecen, la mayor facilidad para estacionar en las grandes ciudades y la ventaja de poder ahorrar tiempo en el tráfico.
Los Bikers, como se les conoce a los apasionados por las motos, conforman una cultura vibrante en la que conducir una motocicleta es más que un medio de transporte, sino una forma de expresar su individualidad.
La imagen del Biker rebelde y temerario, popularizada por figuras como Steve McQueen o Marlon Brando, ha evolucionado con el tiempo. Hoy en día, las mujeres también forman parte importante de esta cultura, desafiando estereotipos y demostrando que las motos no son exclusivas de un solo género.
Sin embargo, la libertad que experimentan los Bikers al conducir por las calles también conlleva una gran responsabilidad. La seguridad vial es un tema crucial para esta comunidad, y la mayoría de los Bikers son conscientes de la importancia de utilizar un equipo de protección adecuado, que puede oscilar entre los 3 mil y 5 mil 200 pesos para un conjunto de protección de grado profesional.
El motociclismo en el Estado de México ha dejado de ser una simple tendencia para convertirse en un fenómeno cultural arraigado en la sociedad. Los Bikers representan un espíritu libre e independiente que encuentra en la calles su lienzo de expresión y su camino hacia la aventura.