Bordo de las canastas; la imagen de la precariedad
El Bordo de las Canastas, un barrio asentado en el núcleo ejidal de San Pedro Totoltepec, es la imagen cotidiana de la precariedad.
Calles sin nombre, caminos de tierra que se convierten en lodazales durante la temporada de lluvias y la falta de servicios básicos son la constante.
La vida de los habitantes del Bordo de las Canastas transcurre a un ritmo lento, marcada por la escasez y la sobrevivencia a un entorno hostil.
El origen de este asentamiento irregular se remonta a la década de los noventas, cuando un movimiento social organizado decidió apropiarse de este terreno a través de una invasión violenta.
A pesar de que el predio no contaba con las características físicas adecuadas para la vivienda, al ser un antiguo cuerpo de agua, la necesidad de un hogar impulsó a cientos de familias a ocuparlo y transformarlo.
Hoy en día, el Bordo de las Canastas alberga mil 500 viviendas. La falta de infraestructura y la lejanía de los servicios urbanos han generado un entorno miserable, donde la violencia y la delincuencia se han convertido en una amenaza constante.
El Bordo de las Canastas es un claro ejemplo de cómo la marginación y las necesidades básicas de vivienda y suelo pueden superar las normativas urbanas, así como las capacidades de gobierno para regular y controlar el desarrollo urbano.
