En el primer semestre del año, la calidad del agua que llega a hogares mexiquenses es regular.
Esto debido a la escasez del líquido, el racionamiento, problemas en la infraestructura hidráulica, así como por la falta de lluvias que ayudan a sanear los cuerpos de agua de donde es extraído el líquido para la población.
Las consecuencias tienen que ver directamente con la salud de las personas, que sin saberlo, consumen agua que no es apta para el uso humano y puede afectar su calidad de vida en el mediano plazo.
De acuerdo con el Centro Interamericano de Recursos del Agua, deriva principalmente en enfermedades gastrointestinales, enfermedades cutáneas, irritación en ojos y fosas nasales, debido a la presencia de metales, minerales y bacterias.
De acuerdo con especialistas, la mejor forma de evitar consumir agua de baja calidad es purificarla, sin embargo es un proceso costoso y complicado que no todos pueden pagar.
Filtros, sistemas de purificación y otros elementos existentes en el mercado son demasiado caros para ser de uso común, por lo que surgen sistemas que tratan de aprovechar el agua de lluvia y hacerla potable a un costo asequible.
Esto podría ser una ventaja ante los ciclos de escasez de agua que se presentan cada vez más regularmente, debido a la sobreexplotación de cuerpos de agua.
Por el momento debido a la poca disponibilidad de agua, la infraestructura hidraúlica deficiente y un control mínimo de calidad, los mexiquenses se exponen a afecciones que pueden mermar su salud, situación que viene agravándose desde hace años.