Es el tipo de imágenes que le duelen al mundo. Es la fotografía de Oscar y su bebé Valeria, padre e hija que perdieron la vida al tratar de cruzar el río Bravo.
El caso de esta joven familia de migrantes salvadoreños es considerada una tragedia que se le atribuye a la actual política migratoria implementada por los gobiernos de Estados Unidos y México.
"Primero (el gobierno de México) los jala: venganse aquí hay trabajo, aquí hay todo, se vienen por miles y después los deportan por miles y hacen lo que dice Trump, y se pone de rodillas todo el gobierno federal (...)Ahora son meses los que están esperando aquí para las visas humanitarias, este gobierno está peor que el corrupto del PRI", denunció Armando Vilchis, cofundador del albergue para migrantes Hermanos en el Camino de Metepec.
Pero está cruel imagen no ha inhibido la migración. Decenas de familias de hondureños, salvadoreños y guatemaltecos siguen llegando al albergue Hermanos en el Camino, buscando ayuda.
"A veces andamos sin dinero, no comemos, dormimos en la calle, yo tengo miedo" comentó Nicole, migrante hondureña que viaja con su bebé.
Cada vez son más los niños. Los pequeños migrantes representan el 25 por ciento de los que llegan, no siempre en las mejores condiciones.
Dana es una de ellas. Solo es una quinceañera y viaja sola.
"Mi sueño es estar con mi papá, seguir estudiando, estar en un lugar donde me sienta bien, donde yo pueda sentir que puedo salir adelante", señaló.
El discurso de odio contra los migrantes ha rendido frutos y multiplicado la xenofobia como una plaga que saca lo peor del mexicano y Dana lo ha sufrido en carne propia.
Desde hace seis años el albergue Hermanos en el Camino da techo y alimento a los migrantes sin recibir NI UN peso de gobierno. Por lo que hoy pide ayuda para seguir ayudando.