El gobierno chino emitió este miércoles una advertencia oficial dirigida a sus ciudadanos que planeen visitar Estados Unidos, instándolos a "actuar con cautela" ante el creciente deterioro en las relaciones bilaterales
El Ministerio de Cultura y Turismo señaló en un comunicado que los viajeros deben "evaluar con detenimiento los posibles riesgos" antes de desplazarse al país norteamericano, citando tanto las tensiones comerciales como factores de seguridad interna.
La medida se produce el mismo día en que Pekín anunció un incremento en los aranceles a productos estadounidenses, elevándolos del 34% al 84%, como respuesta a los nuevos impuestos aplicados previamente por la administración del entonces presidente Donald Trump.
Este movimiento forma parte de un intercambio de medidas proteccionistas que ha marcado la relación entre ambas potencias en los últimos años
En paralelo, el Ministerio de Comercio de China incorporó a doce compañías de EE.UU. a una lista de control de exportaciones, incluyendo firmas especializadas en tecnología de drones (BRINC), equipos aeroespaciales (Novotech), maquinaria industrial (Marvin Engineering Company) y sistemas de radar (Echodyne). Además, seis entidades, entre ellas proveedores de material de defensa como Cyberlux y Sierra Nevada, fueron agregadas a un registro de empresas consideradas "no confiables".
Horas antes de la advertencia de viaje, Trump había ordenado subir los aranceles a productos chinos hasta el 125%, acusando a Pekín de faltarle al respeto mediante sus represalias económicas.
El Ministerio de Finanzas chino rechazó estas medidas, argumentando que violan los "derechos legítimos" del país y socavan los acuerdos comerciales internacionales
El conflicto comercial entre las dos mayores economías del mundo no es nuevo, pero la reciente escalada refleja un endurecimiento en las posturas de ambos bandos. Mientras China apela al sistema multilateral de comercio, EE.UU. insiste en políticas más agresivas para proteger sus intereses.
La advertencia de viaje, aunque simbólica, subraya cómo las tensiones económicas trascienden lo diplomático y comienzan a afectar aspectos cotidianos, como el turismo y la percepción de seguridad.
Analistas señalan que estas acciones podrían prolongar un escenario de incertidumbre para inversionistas y empresas vinculadas a ambos mercados, especialmente en sectores tecnológicos y de defensa